Los retos desafiantes para los católicos en el 2016.

Los retos desafiantes para los católicos en el 2016.

Los retos desafiantes para los católicos en el 2016.


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Un querido y amado hermano de una ciudad de Kansas City nos pidió oración por unos hermanos suyos, servidores en la iglesia (parroquia) de aquella ciudad; su inquietud era motivada por la contrastante actitud que aquellos hermanos tenían en el apostolado y en la coherencia de la fe, dicha actitud causaba conflictos en el corazón de este querido hermano por su poco compromiso para servir a los hermanos.

Reflexionando sobre su situación, era inevitable mirar a una realidad que aquí en México tenemos: “una lucha tremenda entre fe y vida” por parte de una gran cantidad de católicos. Este año 2016 que se asoma con sus primeras luces, desafía a la Iglesia guiada por el Papa Francisco Vicario de Cristo Jesús, pero en este año de la misericordia se puede envalentonar y enfrentar los diversos desafíos, ¿cuáles serían esos desafíos?, veamos algunos niveles y como enfrentar el reto:

Para los muy poco activos en la Iglesia.

Este sector es el más golpeado de nuestra Iglesia, además de ser uno de los rublos más numeroso, hermanos bautizados pero con poca pertenencia a la fe, poco compromiso y un testimonio muy pobre de la vida cristiana, su salvavidas se funda en su mayoría en devocionales, en santos, novenas, tradiciones, mandas, veladoras, imágenes. El reto para este sector es permitir que sean formados, que participen de manera más consciente en la Iglesia y que sean el centro de formación de sus hijos, los lazos de comunicación de la fe para sus pequeños, así como empezar la vida espiritual.
Ayuda de la Iglesia para este sector.

Es el sector que más recursos humanos y formativos tiene por parte de la Iglesia en su plan evangelizador. Muchas parroquias retas las adversidades, tratando de llevar a un encuentro con Cristo Jesús a estos hermanos, planeando estratégicamente su integración. El problema del tiempo, el espacio, horario, lo tratan de cubrir con planes muy flexibles para los fieles, además el apoyo para la formación de sus pequeños en lapsos que permiten la participación de algún sacramento.

A favor.

Aunque vemos aspectos negativos, es evidente que se puede aprovechar lo bueno de lo que sostiene su fe: devoción, temor de Dios, sinceridad al participar. La raíz de la fe: nacimientos, posadas, arrullos, rosarios, novenas a los santos etc. Son elementos que permiten mantener encendida la fe, esto se puede aprovechar con grandes resultados.

El desafío será para este sector:

La formación.
Desvincular lo social de lo maravilloso de los sacramentos.
La catequesis sistemática.
Integración a la Iglesia paulatinamente.
La formación de sus hijos en la fe.
Otras acciones.

Hermanos más activos en la Iglesia.

Este sector es uno de los que están fortaleciendo a la Iglesia, su fe tuvo una respuesta por parte de Dios y se deja seducir por Dios. Han adquirido mayor confianza de la fe, son más asiduos a los sacramentos, acuden a pequeños llamados de trabajo, permiten la formación de sus hijos, son hermanos que se sientes más acogidos por la Iglesia porque la están conociendo.

Su problema principal.

Son hermanos que empiezan una conversión, todavía hay muchas acciones que dejan mucho que desear, su oración no es todavía adulta. Sus criterios no son muy afectados por la fe en Cristo, con la Iglesia hay bastante disfuncionalidad por no aceptar lineamientos pero la presencia de Jesús va haciendo mella en su corazón por lo que hay que tener esperanza de que con el tiempo y una participación más frecuente este grupo sea el que atraiga al más numeroso.

Su desafío:

Permitir que Jesús se adueñe de su vida.
Seguir con el llamado a la formación.
Permitir a los hijos que participen en las labores de la Iglesia: acólitos, coro, obras de teatro, etc.
Disfrutar de los sacramentos.
Comulgar con lineamientos de la Iglesia.

A favor.

Ya conocen más la fe.
Más contacto con los sacerdotes.
Sus acercamientos a la Iglesia deben de aprovecharse para un compromiso más serio.
Cooperan con mayor facilidad para proyectos de la Iglesia, su iniciación como discípulo.

Hermanos servidores y avanzados.

Aunque no hay niveles exactos de fe, sí hay una diferencia significatica.Este grupo es el más reducido, son hermanos que participan con gran constancia, que forman, que desempeñan papeles y actividades junto con el sacerdote. Grupo en constante formación, profesan voto de servicio más comprometido, saborean por así decirlo de los sacramentos, comulgan con los lineamientos de la Iglesia, es gente de más oración.

Su problema.

Son hermanos que abusan de la cercanía en la Iglesia, son servidores que en muchas ocasiones desalientan por su comportamiento incoherente de lo que dicen. Su formación les hace perder lo que llamamos piso, relativizan o radicalizan la fe para aceptar el ritmo de crecimiento de hermanos. Protagonismo y obstaculización a otros hermanos.

Su desafío.

Un servicio en el amor y comprensivo.
Una formación bíblica, doctrinal, sacramental que permita ayudar a otros.
Permitirse que hermanos de su mismo nivel los formen.
Servir y después servirse.
Alcanzar la espiritualidad necesaria para que Cristo revele su misión.
Un amor más intenso a la Iglesia.

A favor.

Hermanos que se adhirieron por el encuentro vivo con Cristo Jesús, hermanos que sirven basados en la experiencia que tuvieron del amor de Jesús. Son discípulos para siempre de Cristo jesús. Hermanos que conocen del altar o notaria hacía dentro. Están más relacionados con los documentos, acciones de la Iglesia.

Conclusiones.

2016 es un gran coloso que desafía a los diversos sectores de la Iglesia, lo más importante es que quien hace caer a estos gigantes es el Espíritu santo, sin él, no hay nada, nuestra Iglesia siempre será guiada por el Espíritu santo, cuando tratamos de hacerlo por nosotros mismos somos más propensos a fallar.

El ser guiados por el espíritu santo no significa que nosotros nos quedemos pasivos a que él lo haga todo, nada más erróneo sería esta actitud. Lo importante es dejarse guiar por las mociones constantes del Espíritu. Que estás primeras horas del año, no sean de borracheras, de amanecer en la cama ajena, de vociferar contra la fe, de ser anti-testimonio, de evadir el llamado de Cristo, más vale mejor tener apertura a la fe que mendigar la relación del Dios amoroso, sustituida por el concepto del mundo. Bienvenido 2016, nos desafiaremos con el estandarte en Cristo Jesús, llenos del espíritu santo y con la protección amorosa del Padre.

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