La luz que brilla en la oscuridad por misericordia de Dios.
Dio inicio el año dedicado a la misericordia de Dios, el gran jubileo de la Iglesia que celebra un año santo. La celebración de un año santo en la iglesia comienza en el año 1300 por el Papa Bonifacio VIII y abarca hasta el año 1975 que culminó bellamente en el año 2000 que convocó el Papa Juan Pablo II, donde la Iglesia quiere que cada 25 años se celebre este gran año santo para que ninguna generación se quede sin vivir la santidad del tiempo de Dios a través del año santo.
El año santo tiene objetivos bien importantes como lo son: la penitencia, el perdón de los pecados, la reconciliación, el perdón al enemigo, la conversión, fomentar el acercamiento al sacramento de la reconciliación como fuente de amor, así como a los demás sacramentos, la oración intensa por las naciones, sin embargo, hoy celebramos un año santo extraordinario porque según debería de celebrarse en el año 2025 el ordinario, pero para comprender mejor: ¿por qué se le llama un año jubilar extraordinario?, se podría responder de este modo: Un Jubileo Extraordinario puede ser convocado por la Iglesia a través del Papa Francisco por una ocasión especial o por un evento que tiene una importancia de especial urgencia, como es el caso del Año Santo de la Misericordia.
Algunos detractores de la Iglesia insinúan que son simples inventos como lo han hechos a través de la historia, con esto, vinieron a nuestra mente una vivencia de hace dos días, donde un joven fue golpeado salvajemente por una gran cantidad de pandilleros dejándolo inconsciente, los golpes sanguinariamente los concentraron en el rostro e incluso algunos transeúntes le taparon porque pensaban que lo habían asesinado, tal acción, conmovió el corazón de quienes lo asistieron y nos preguntamos nosotros, ¿valdrá la pena clamar a la misericordia del corazón de Dios por tan cobardes acciones?, o ¿necesitamos eventos como los de París para pedirle a Dios que se compadezca?, e incluso pedirle a Dios por los comentario negativos de quien todo lo ve fatal, pues es esa luz que brilla en donde la oscuridad es espesa.
¡Adelante Iglesia!
La Iglesia concentra su oración, sus actos, su servicio en la misericordia de Dios, “el punto débil de Dios.” La Iglesia debe ofrecer a los hombres los signos sensibles y valiosos de la presencia de Dios. Por pura bondad y gratuidad Dios hace brillar una luz en la oscuridad, la esperanza, aquella luz que brilla e incluso con el mismo adviento de Cristo. La luz de Dios para el mundo. ¡Qué razón tenía Jesús en insistir a Sor Faustina que orará a su sagrado corazón!, el mundo necesita misericordia, pero aunque Sor Faustina se quejaba de las injusticias, Jesús era muy claro: Haz lo que te corresponde y deja a los demás.
Tinieblas amenazantes.
Hay países que todavía experimentan, parte de libertad, pero otros, agotaron sus recursos para lograr paz, respeto, se extingue la luz y parece que solo las tinieblas quedan, amenazantes; familias, tribus, localidades, brutalmente asesinadas, hombres y mujeres contaminados con las drogas, dependientes de ellas sin poder estar en santo juicio, esclavizados en su forma de vida para obtener dinero de los contaminados, ¿no cree que vale la pena clamar a la misericordia de Dios?
Es un año santo porque en su santidad Dios se abre a la fragilidad humana, su misericordia quita las tinieblas que impiden que la luz brille, que la luz llegue a los hombres. Un joven empezó a vivir en un mundo, de tinieblas cuando despilfarró su herencia, cuando gastó vida, tiempo y dinero, abrumado por las tinieblas de sus pasiones, con consecuencias nefastas, se acordó de la misericordia de Dios y decide regresar a Dios, sí, una luz volvió a brillar en su atormentada alma, pero la luz lo cubrió totalmente cuando experimento la misericordia de Dios, quien lo cubrió de abrazos y besos, restituyendo su dignidad cf. Lc 15, 11-32.
El Papa Francisco ha motivado a celebrar este año santo extraordinario, por los sucesos diarios que atormentan la vida de los hombres. La Iglesia necesita regresar a la misericordia de Dios y confiar en Él.
Aunque parece que hay gigantes que atacan a la vida, que parecen invencibles, siempre hay una luz que brilla, el rostro de Martha brilló cuando escuchó que llegó Jesús y el de María brilló cuando Martha le avisó que llego Jesús. Jesús llega a Betania y experimenta el dolor de la pérdida de un ser querido, llantos y todavía el dolor humano de las hermanas de un hombre llamado Lázaro propiciaron en Jesús que sus entrañas experimentarán la necesidad de la misericordia de Dios y obró un gran milagro, volvió a la vida a Lázaro, la luz disipó las tinieblas de la muerte. Cf. Jn 11, 1-45.
¿Qué podemos hacer nosotros?
¡Unirnos a ese año santo!, vamos a cruzar la puerta de la misericordia de Dios. Empecemos con un buen examen de conciencia, experimentemos el perdón de Dios y vivamos intensamente el sacramento de la reconciliación. Encaminemos nuestros pasos para con aquel familiar con quien estamos distanciados. Levantemos nuestra oración sincera por el bien de algún necesitado y asistirle con bienes, haciendo las paces con él “enemigo”.
Conclusiones.
Podríamos concluir con el ejemplo de aquel hombre que experimentó la misericordia de Dios, cuando casi moribundo estaba destinado a morir, desangrado, en un lugar solitario, aunque pasaron dos hombres piadosos, hoy no era su día de obrar, les importó más los ritos de pureza, pero brilló la luz cuando un tercer hombre paso y le vio; bajó de su cabalgadura, curó y le lavó las heridas y lo subió a la cabalgadura de él, la luz brilló intensamente cuando este hombre lo deja en un mesón y paga para que se le atienda, evitando el desenlace mortal cf. Lc 10, 25-37.
¡Bienvenido año santo de la misericordia de Dios que disipa las tinieblas para que brille la luz en la humanidad! Y para mejor explicación, el Papa nos da esas razones y agregamos el audio.
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