“EN AQUEL DÍA, LOS OJOS DE LOS CIEGOS SE ABRIRÁN”.
Esto dice el Señor:Falta muy poco tiempo para que el Líbano se convierta en un jardín y que el jardín, en cambio, pase a ser un zarzal.
Aquel día, los sordos oirán las palabras de un libro, y libres de la sombra y de las tinieblas, los ojos de los ciegos volverán a ver.
Los humildes aún se alegrarán con Yavé y los más pobres quedarán felices con el Santo de Israel,
pues ya no habrá más opresor. Habrá desaparecido el que se reía de todos y habrán sido eliminados todos los malvados,
los que hacen condenar a otro porque saben hablar
y les meten trampas a los jueces al tribunal,
y niegan, por una coma, el derecho del bueno.
Por todo esto, así lo declara Yavé,
Dios de la familia de Jacob,
El, que rescató a Abraham:
“En adelante, Jacob ya no será defraudado
ni tendrá por qué verse pálido,
pues, al ver a sus hijos de vuelta a su casa
-gracias a mí-,
se pondrá a alabar mi Nombre.
Festejarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel.
Los descarriados entrarán en razón
y los rebeldes se dejarán instruir.
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México