“SÁCIANOS, SEÑOR, EN TU MISERICORDIA”.
Enséñanos lo que valen nuestros días,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?.
Compadécete de tus servidores.
Cólmanos de tus favores por la mañana,
que tengamos siempre risa y alegría.
Haz que nuestra alegría dure lo que la prueba
y los años en que vimos la desdicha.
Muestra tu acción a tus servidores
y a sus hijos, tu esplendor.
Que la dulzura del Señor nos cubra
y que él confirme la obra de nuestras manos.
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
ORACIÓN: Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo, Tú Hijo, que reina contigo en el cielo, en la Unión con el Espíritu Santo, que es Dios, por los siglos de los siglos, Amén.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México