“EN COMPARACIÓN CON LA SABIDURÍA, TUVE EN NADA LA RIQUEZA”.
Oré y me fue dada la inteligencia; supliqué, y el espíritu de sabiduría vino a mí.
La preferí a los cetros y a los tronos, y estimé en nada la riqueza al lado de ella.
Vi que valía más que las piedras preciosas; el oro es sólo un poco de arena delante de ella, y la plata, menos que el barro.
La amé más que a la salud y a la belleza, incluso la preferí a la luz del sol, pues su claridad nunca se oculta.
Junto con ella me llegaron todos los bienes: sus manos estaban repletas de riquezas incontables.
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
ORACIÓN: Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo, Tú Hijo, que reina contigo en el cielo, en la Unión con el Espíritu Santo, que es Dios, por los siglos de los siglos, Amén.
BIblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México