“OFRECÍ MI ESPALDA A LOS QUE ME GOLPEABAN”
El Señor Yavé me ha abierto los oídos
y yo no me resistí ni me eché atrás.
He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban,
mis mejillas a quienes me tiraban la barba,
y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos.
El Señor Yavé está de mi parte,
y por eso no me molestan las ofensas;
por eso, puse mi cara dura como piedra.
y yo sé que no quedaré frustrado,
Aquí viene mi juez, ¿quieren meterme pleito?
Presentémonos juntos,
y si hay algún demandante, ¡que se acerque!
Si el Señor Yavé está de mi parte,
¿quién podrá condenarme?
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México