“ME GLORÍO DE MIS DEBILIDADES, PARA QUE SE MANIFIESTE EN MÍ EL PODER DE CRISTO”.
Hermanos: precisamente para que no me pusiera orgulloso después de tan extraordinarias revelaciones, me fue clavado en la carne un aguijón, verdadero delegado de Satanás, cuyas bofetadas me guardan de todo orgullo.
Tres veces rogué al Señor que lo alejara de mí,
pero me dijo: “Te basta mi gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad”.
Con mucho gusto, pues, me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo.
Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es cuando soy fuerte.
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México