Excesos de Amor del Sagrado Corazón de Jesús
Tercer Exceso de Amor: Reparad por todos los pecados de la humanidad.
Coronilla al Sagrado Corazón
En las cuentas del rosario:
En vez del Padre Nuestro:
Oh Sacratísimo, Divino y Adorado Corazón de Jesús, a vos me doy y consagro todo y sin reserva.
En las cuentas del Ave María, diez veces:
V/ Divino Corazón de Jesús fuente Inagotable de Amor y de bondad.
R/ Sed nuestro Refugio y nuestro amparo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Al final de la coronilla, tres veces:
Divino Corazón de Jesús, tened piedad de nosotros.
Amén.
Tercer Exceso de Amor: Reparad por todos los pecados de la humanidad.
Jesús:
Hijo, sois generoso en haber respondido a mi llamado. Os necesitaba en este primer viernes de mes para que reparéis por todos los pecados de la humanidad.
El pecado deforma el corazón de las almas. El pecado coarta la libertad porque esclaviza. El pecado envilece, degrada. El pecado produce en las almas un olor nauseabundo porque gangrena el corazón. El pecado es ruina espiritual. El pecado se roba las Gracias Divinas. El pecado os hace desagradables ante mis ojos porque transgredís mi Palabra, la ajustáis de acuerdo a vuestros criterios, la acomodáis a conveniencia vuestra. El pecado seguirá siendo pecado, lo deploraré siempre, jamás lo justificaré. El hombre ha sido engañado por Satanás creando sus propias leyes; leyes contrarias a mis enseñanzas, leyes que nunca tendrán la aprobación del cielo porque chocan con la verdad del Evangelio, son polos opuestos a mis principios.
El pecado es un dardo ponzoñoso que Satanás clava en el corazón de los hombres, corazón que se sale de la sana doctrina para contaminarse con filosofías llamativas y extrañas. El pecado os aleja del camino del cielo porque os cambia en vuestra manera de pensar y de actuar. Os hacéis como títeres manipuladores por los secuaces del averno.
El pecado trae consigo la primera muerte. Recapacitad, volved a Mi Os perdonaré, os justificaré, os concederé la gracia de empezar de nuevo, os abriré las puertas del cielo si cambiáis de vida, vida que vaya en armonía con el Libro Santo, vida que adornaré con mi luz para haceros radiantes.
Hijo, pongo en vuestro corazón mi intención: reparad, pues, porque son muchas las almas que hieren mi Divino Corazón con su pecado. Almas que se alejan de Mí para dar rienda suelta a sus instintos. Sufro porque muchos de mis hijos, de mis hermanos mueren en pecado mortal y reaccionan cuando ya es demasiado tarde.
En la eternidad pagarán por años sin fin sus desvaríos, sus yerros, sus desenfrenos.
Sufro porque el demonio les quita a las almas la vergüenza para pecar y se las devuelve para confesarse.
Sufro porque el pecado es como una epidemia que es flagelo para toda la humanidad
Sufro porque los hombres han tergiversado mis leyes, las han adaptado a sus intereses mezquinos.
Sufro porque los hombres andan como locos ávidos en devorarse los unos a los otros.
Sufro porque se ha perdido la noción del pecado, todo lo consideran normal. Los hombres son cómplices, son aliados con el príncipe de las tinieblas.
Sufro por la desidia a los religiosos y apetencia a lo mundanal.
Hijos míos, mi Sagrado Corazón es un exceso de Amor; perdoné a María de Magdala y la hice mi fiel discípula. Perdone a Levi, hombre que de recaudador de impuestos pasó a ser mi apóstol.
Perdone a Pablo, le renové su corazón de tal forma que de perseguidor paso a ser perseguido por haber cambiado su antigua forma de pensar, por haber descubierto al verdadero Dios: Cristo vivo que salva, Cristo vivo que libera.
Decid al mundo entero que el pecado es ruptura con mi amistad, es pérdida definitiva a mis gracias, es caminar vertiginoso, directo al cadalso.
Hijos míos: mi Sacratísimo Corazón es un exceso de amor que os perdona a todos. No me lastiméis más, me duele vuestra obstinación por el pecado, me duele vuestra indiferencia, me duele vuestra ceguera y sordera espiritual porque no tenéis ojos para Mi, habéis cerrado vuestros oídos a mis palabras.
Quiero lo mejor para vosotros, por eso os insisto tanto a un cambio, es urgente, hacedlo hoy mismo. Mi Divino Corazón se desangra de dolor; no esperéis a mañana, puede ser esta vuestra última oportunidad. No juguéis con el regalo más sagrado que doy a todos mis hijos: vuestra salvación.
Venid que os mostraré el gran abismo de misericordia que hay en mi Divino Corazón; os pertenece, sumergíos en Él y descubriréis la dicha verdadera.
Alma reparadora del Sagrado Corazón:
Corazón misericordioso de Jesús: saetad mi corazón con la llama de vuestro Amor Divino, encendedme con vuestro fuego abrasador para que solo os ame; deseo consumirme, sirviéndoos con mis actos de reparación, porque vuestro Divino Corazón es maltratado por todos los pecados de la humanidad; humanidad que os hiere con su insolencia, humanidad que os hiere, con su pertinaz vida de pecado; humanidad que os hiere porque los hombres prefieren naufragar en las aguas putrefactas del pecado, antes que sumergirse en los ríos vivísimos de vuestra gracia. Humanidad que con su indiferencia anteponen su derrota, su fracaso; su parálisis espiritual es evidente porque el pecado es enfermedad de alto riesgo que atenta contra la vida del alma.
Amorosísimo Jesús, vos que sois un exceso de Amor, vos que sois la salvación de todos los hombres: os relegan, os hacen a un lado; hombres indolentes que os hieren, os maltratan con pensamientos lascivos, materialistas y ruines; pensamientos que, anidados en el corazón, son llevados a la práctica dando paso ligero a la tentación y por ende al mismo pecado.
Dejadme sanar las heridas de vuestro Divino Corazón con el bálsamo de mi reparación, porque hombres con corazón de pedernal, hombres ofuscados por las ansias de pecado os hacen sangrar, entristecer y condoler por el tétrico final que les espera a estas pobres almas, si no se acogen a vuestra amnistía de amor. Perdón absoluto de toda culpa, limpieza y purificación de corazón en los Ríos de vuestra gracia.
Dejadme sanar las heridas de vuestro Divino Corazón con el bálsamo de mi reparación porque muchos de vuestros hijos se han alejado de la Casa Paterna, para habitar en las guaridas oscuras del pecado; pecado que los separa de Dios, pecado que los esclaviza, pecado que deforma porque un alama que no se halle en estado de gracia pierde vuestros rasgos Divinos.
Dejadme sanar las heridas de vuestro Divino Corazón con el bálsamo de mi reparación, porque muchas almas caen como hojas de los árboles en las profundidades del averno. Averno abierto para los que no vivieron en santidad, para los que ahogaron vuestra voz en sus corazones y despreciaron toda oportunidad de salvación; salvación que tenéis como regalo del cielo para todos los hombres que hacen vida en sus vidas la Palabra de Dios.
Dejadme sanar las heridas de vuestro Divino Corazón con el bálsamo de mi reparación, porque sois maltratados por una humanidad sin Dios y sin ley.
Dejadme sanar las heridas de vuestro Divino Corazón con el bálsamo de mi reparación, pidiéndoos perdón por todas las almas que yacen en la oscuridad del pecado; almas endiosadas de falsos ídolos, almas que son como el hijo prodigo que malgastan la herencia de su padre y tienen que sufrir las consecuencias del pecado.
Jesús amado: heme aquí ante vuestra celestial Presencia, tomad mi pobre corazón y sumergidlo en la profundidad de vuestro Sagrado Costado, haced que quede limpio de todo pecado, devolvedle la pureza que un día perdió por mis liviandades, por mis desenfrenos y perdonad mis extravíos.
Jesús amado: heme aquí ante vuestra celestial Presencia, quitadme mis vestidos enlodados y cubridme con ropajes de hermosura; ropajes que transformen mi espíritu, ropajes que cambien mis pensamientos, ropajes que renueven mi corazón, ropajes que me vistan de sayal y me motiven a repara y a hacer penitencia por mis desvaríos, por mis equivocaciones, por mis errores.
Jesús amado: heme aquí ante vuestra celestial Presencia, calzad mis pies con las sandalias del renunciamiento y del vencimiento a mí mismo.
Haced que depure mi corazón de todo aquello que no sea de vuestro agrado. Quitad las cadenas que atan mi espíritu y dejadme alzar vuelo para encontrarme con Vos y descansar en vuestro seno Paterno. Allí encontrare delicias, manjares exquisitos, dulce miel, suave néctar para mi corazón; corazón que se ha de inflamar de amor, porque vuestro Divino Corazón residirá en el mío.
Os amo, os adoro oh Sacratísimo Corazón de Jesús.
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, oídnos
Cristo, escuchadnos.
Padre Eterno, Dios de los cielos, tened piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, tened piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, tened piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, tened piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, tened piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el Seno de La Virgen María.
R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al verbo de Dios.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de majestad infinita.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, casa de Dios y Puerta del cielo.
. R/. Tened misericordia de nosotros
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor
.R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, Rey y Centro de todos los corazones.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quién están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, propiciación de todos nuestros pecados.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, salvación de los que en Vos esperan.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Vos mueren.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
. R/. Tened piedad de nosotros
Corazón de Jesús, que quitas los pecados del mundo.
.R/ Perdonadnos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
.R/ Escuchadnos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
.R/tened piedad de nosotros.
Jesús manso y humilde de Corazón.
.R/ Haced nuestro corazón semejante al Vuestro.
Oración
Omnipotente y Sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amadísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dio en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploran tu misericordia, en nombre de tu Hijo, Jesucristo, que contigo vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Muchas gracias por estas hermosísimas oraciones que nos acercan más a la divina Majestad de Nuestros Señor Jesucristo.