Billete Celador –Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
Oración de Amistad…
Parroquia de San Pío
…Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
Lo que os mando es que os améis los unos a los a otros.
Juan 15, 12-17
San Agustín: si guardáis mis mandamientos… el que no ama no tiene en sí la fuerza de observar los mandamientos. Que ninguno se ilusione creyendo que ama a Dios, sino observa los mandamientos. Este es mi mandamiento: amaos unos a otros. Donde está la caridad ¿qué cosa puede faltar? Y donde no hay caridad ¿qué cosa puede aprovechar? el amor que se hace mención aquí, es distinto del amor con el que los hombres se aman en cuanto hombres, porque Jesús dice: Como yo os amé. Cristo nos amó para que pudiésemos reinar con Él; amémonos nosotros también así. Y sea nuestro amor diferente del de los hombres vulgares, los cuales no se aman íntimamente para que Dios sea amado; ellos, muchas veces, ni siquiera se aman. Pero los que se aman por la conquista de Dios y por tenerlo en sí, se aman verdaderamente. Sea siempre Dios principio, nudo, corona de nuestros afectos.
Examinemos nuestra caridad con el prójimo.
Expresar el amor no encuentra dificultad en el amigo, la familia… la novedad del amor cristiano se expresa en tres palabras: dar su vida, guardar los mandamientos, prioridad del Amor divino.
El discípulo ha sido elegido y ha recibido la misión de dar fruto; el amor se medirá por sus frutos, que no deben confundirse con los éxitos de la acción apostólica ni con la actividad desplegada en bien del prójimo, sólo Dios conoce el progreso de las personas que profundizan en el misterio de Cristo y comparten su cruz y su resurrección.
El amor es condición para vivir en gracia.
El verdadero amor que Jesucristo nos muestra en la última cena, fue un momento terrible para los discípulos, cuando Cristo les anuncia que uno de ellos le traicionaría, otro lo negaría y todos le abandonarían. Todos conocían su propia miseria y por lo tanto capaces de cualquier disparate. La verdadera postura en los momentos difíciles: es la oración. Y Cristo estuvo siempre dispuesto, aún en los momentos más difíciles. Orar o dialogar con quien sabemos que nos ama, no es más que dejar latir el corazón por Él o escuchar los latidos del suyo. Esto no ocurre sin acercarnos a la Eucaristía, a su Palabra.
Es algo inaudito: Cristo nos ama como le ama a Él el Padre. En sus pasos, en sus palabras, en sus sufrimientos y humillaciones, en todos los momentos de su vida, Dios amor se manifiesta a los hombres y nos dice cuanto nos ama. Por esto las palabras y los hechos de Cristo, escritos en el Evangelio, siguen siendo huellas vivas del amado, señales vivas de la presencia de Dios amor entre nosotros. Pero este amor de Dios, este amor de Cristo hacia nosotros, tiene sus exigencias, aún de dialogo: “Permaneced en mi amor” un Amigo como lo es Cristo puede exigir ese estar con él, en el sentido de amarle constantemente y en el sentido de dedicarle nuestros mejores momentos. La amistad es de retorno. Cristo ha dicho: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando” tratar a Cristo como un amigo es orar. A un amigo no se le trata como a veces tratamos a Cristo, que es el mejor de los amigos…
El premio de la oración es sentir el amor y la luz de Dios. La Caridad con el prójimo nos garantiza la respuesta a nuestra oración.
Te damos gracias Padre Bueno por el amor que nos has manifestado a través del instrumento dócil que pusiste en nuestras vidas para que nos mostrara el camino del amor y la perseverancia a la Palabra divina, te alabamos y te bendecimos por todos sus esfuerzos, desvelos, enseñanzas y amor con que el que nos ha conducido hacia el Manantial de vida, de sabiduría… gracias, por sus palabras siempre motivadoras para que nunca desfalleciéramos en el intento de beber del exquisito Manjar de la dulzura de tus Palabras y de tu Presencia siempre cautivadora. Levantamos nuestras manos en agradecimiento por todo lo que recibimos de tu bondad. Lo depositamos en tu Sagrado Corazón, recíbelo, Padre, y llévalo a gozar de tu presencia por toda la eternidad. Mamita María intercede por él y toda su familia.
Descanse en paz nuestro muy querido Profesor y Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús:
Pedro Peredo.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Juan Rodríguez Alba, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Rafael, P. Martin Tafolla, P. Jorge Claudio, P. Hugo Landeros, P. Arturo Pérez Márquez, P. Antonio Borja, P. Arturo Espinoza Rico, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Carlos Muñoz F., P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, P. Eduardo Córdova, Párroco Tomas M. Zielinski, P. Juan Desiderio Espinoza, P. Miguel Domínguez, P. Leo Patlán, Diáconos: Emmanuel Ayala, Arturo, por todos los seminaristas en especial por Francisco Idalino Servin Medina, Diego Antonio Álvarez Ibarra, Alfredo Moreno, Miguel Ángel Arellano del Río, por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, Armada blanca y todos los Servidores de la Iglesia.
Celadores del Santísimo Sacramento y Guardias de Honor del Sagrado Corazón de Jesús.
Por todas las Mamás en especial las que sufren enfermedades, injusticias, abandono, que han perdido un hijo, que están en la cárcel…
Oremos por nuestros hermanos enfermos, en especial lo que se encuentran graves, hospitalizados, agonizando.
Oremos por las necesidades de todas las familias del mundo.
Oremos por la Paz en todo el mundo.