2. La Virgen del Adviento
En la hora decisiva de la historia humana, María se ofreció a sí misma a Dios, ofreció su cuerpo y su alma como morada. En ella y de ella el Hijo de Dios asumió la carne. Por medio de ella la Palabra se hizo carne (cf. Jn 1,14).
Así María nos dice lo que es el Adviento: ir al encuentro del Señor que viene a nuestro encuentro.
Esperarlo, escucharlo y contemplarlo. María nos explica para que existen los edificios de las Iglesias: existen para que acojamos en nuestro interior la Palabra de Dios; para que dentro de nosotros y por medio de nosotros la Palabra pueda encarnarse también hoy.