Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 27. Difundid mis mensajes

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 27. Difundid mis mensajes

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33

Día 27. Difundid mis mensajes

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Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.

 

1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.

Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.

 

 

Día 27. Difundid mis mensajes

Hijos míos: no guardéis silencio ante mis palabras, difundid mis mensajes; dad a conocer esta consagración porque el pueblo perece por falta de conocimiento; el pueblo camina vertiginosamente al precipicio porque muy pocos pastores predican temas apocalípticos y los que se atreven a hacerlo son perseguidos como los profetas, son calumniados, relegados porque su mentalidad y pensamiento no se identifican con corrientes modernas, sus ideas chocan con la teología de la liberación.

 

No es el tiempo para que guardéis las perlas preciosas del Cielo. Es el momento para que las compartáis con los sencillos, los humildes, los que tienen corazón de niño. Dejad todo miedo, no sé qué pequéis por ser perros mudos y tengáis que rendirle cuentas a Dios, porque al que mucho se le ha dado mucho se le exigirá.

 

Vosotros, hijos míos, sois el desvelo de mi amor, sois parte de la grey amada del Señor, sois el pequeño resto fiel a la sana doctrina y al Magisterio de la Iglesia; sois los soldaditos valerosos que batallarán contra el adversario, seguros de tener el triunfo, la victoria sobre todo mal, formáis parte de mi ejército . Ejército en el que recibiréis una seria preparación para que sepáis enfrentar la batalla contra el dragón rojo y Miguel Arcángel. Ejército en el que os haréis diestros para enfrentar al enemigo sin sufrir ningún daño, ninguna lesión. Ejército en el que se os revelarán secretos y tesoros escondidos porque ya ha llegado la hora de ser descubiertos. Ejército en el que seréis marcados en la frente y en la mano.

 

La frente hace la referencia a la inteligencia y a la razón humana; la mano hace referencia a la actividad del hombre en su trabajo, a su quehacer cotidiano.

 

Carísimos hijos: muy pronto os veréis abocados y empujados para que recibáis la marca blasfema, la marca de la bestia; jamás permitáis que seáis marcados con el sello del anticristo, porque aquellos que se dejen marcar en la frente seguirán los pasos de filosofías llamativas y extrañas, caminarán tras ideologías anticristianas, tras pensamientos modernos que llevan al relajo espiritual y degradación moral, negarán a Dios, rechazarán sus Mandatos Divinos; naufragarán en el lodo de las pasiones, de la concupiscencia; serán simpatizantes del ateísmo, del hedonismo; difundirán, aún más, el error.

 

Aquellos que se dejen marcar en la mano desecharán las bendiciones de Dios se preocuparán solamente en la adquisición de los bienes materiales; bienes que los llevarán a la codicia, a la avaricia en forma desmesurada; harán del dinero su dios: dios que os impulsará a la injusticia, a la satisfacción de sus sentidos, de su cuerpo; los sumergirá en las aguas malsanas de la impureza, de la egolatría, pierde la sensibilidad humana hasta hacer del hombre una máquina rentable que produzca, que aumente el lucro, las posesiones terrenales llevándolos al desamor, al egoísmo.

 

Amos hijos: si Satanás marca a los suyos. Yo, les sello con la santa Cruz en la frente y en la mano; signo santísimo que los escritura como mi propiedad, como los elegidos por el Señor para batallar y contra restar las fuerzas del mal.

 

Os sello en la frente para que améis y viváis la Palabra. Palabra que llevaréis en vuestros labios y escrita en vuestro corazón. Palabra que hará que encarnéis el Evangelio y actuéis de la misma manera como actuó Jesús cuando estuvo en la tierra.

Os sello en la frente para que penséis sólo en el Señor, para que le imitéis en sus virtudes, para que Él sea la constante en vuestras vidas.

Os sello en la frente para que seáis dóciles a la acción del Espíritu Santo, para que os dejéis guiar por los caminos que os llevan al Cielo.

Os sello en la frente para que dirijáis vuestros pasos en la Divina Voluntad, para que todo lo que hagáis sea para dar gloria y honra a su santo Nombre.

Os sello en la mano para que cooperéis en el plan de la salvación, para que dispongáis de las cosas que vuestro bien y el bien de vuestros hermanos.

Os sello en la mano para que vuestro obrar os lleve a la santificación, a dar ejemplo con vuestro testimonio de vida.

Os sello en la mano para que toméis el arma poderosa del santo Rosario; arma que debilitará y encadenará a Satanás en este final de los tiempos; tiempos de tribulación y de justicia, tiempos próximos al triunfo de mi Inmaculado Corazón y al reinado del Sagrado Corazón.

 

Virtud de la paciencia.

Hijos míos: la paciencia es una virtud que os da exquisitez en vuestra vida espiritual. Os adorna de crisantemos, os adorna de hermosísimas begonias, os adorna con preciosísimas guirnaldas.

 

La paciencia da hermosura a vuestro corazón porque esta virtud hace que aceptéis las cruces que el Señor se digne enviaros en vida.

 

La Paciencia os va Cristificando acá en la tierra.

 

Sed pacientes como lo fue mi hijo Jesús. Él soportó todo sufrimiento con amor porque sabía que el sufrimiento ofrecido a su padre os daría un puesto de alta importancia en el cielo. Por eso, hijos míos, sed pacientes en el sufrimiento. No os desesperéis. No os impacientéis. Soportadlo con amor y ofrecédselo al Señor para que os ciñáis en vida una corona de martirio, ya que los mártires en el Cielo ocupan una especial morada en el reino Celestial.

 

La paciencia os purifica de toda infestación.

 

La paciencia engalana vuestro corazón de tal manera que podéis aguantar los vejámenes, las injurias, las derrotas, las crisis con amor.

 

Sed pacientes en la prueba.
Sed pacientes en la persecución.
Sed pacientes en la enfermedad.
Sed pacientes en vuestros momentos de cruz.
Sed pacientes con vuestros hermanos. Aceptadlos tal y como son. Cada uno es un mundo distinto, es un mundo diferente y no pretendáis cambiarlos de la noche a la mañana. Entregádselos al Señor y Él los transformará.

Las almas impacientes cometen infinidad de errores, errores que los conllevan a un lamento en vida.

Las almas impacientes se sofocan ante la más mínima contrariedad.
Las almas impacientes lo quieren todo en un mínimo tiempo.
Las almas impacientes cometen torpezas.

Por eso, hijos míos, trabajad la virtud de la paciencia. Soportad, aguantad, sufrid en silencio y con amor.

3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)

 

En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.

 

En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.

 

En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.

 

Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.

 

Letanías al inmaculado Corazón de María

V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.

V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos:

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

 

5. Oración final.

Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.

Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.

 

Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.

 

Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.

 

Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.

 

Madre celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús.

Amén.

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