Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33
Día 14. No temáis pequeño resto, seréis protegidos.
Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.
1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.
Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.
Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.
Día 14. No temáis pequeño resto, seréis protegidos.
No temáis pequeño resto, porque san Miguel Arcángel os cubrirá con si capa celestial y os defenderá con su espada divina.
No temáis pequeño resto que a todos vosotros os guardaré en el refugio de mi Inmaculado Corazón, el enemigo jamás podrá tocaros.
No temáis pequeño resto, Cristo os bañará con su Preciosísima Sangre formando una gran coraza de protección en todo vuestro ser, los dardos del maligno nunca penetrarán en vosotros.
No temáis pequeño resto, los santos Ángeles os custodiarán como cuidando lo más precioso para el Sacratísimo Corazón de Jesús.
No temáis pequeño resto, María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os está preparando como soldados valientes del Ejército Victorioso, soldados armados con la armadura de Dios que no temen a las potestades del infierno porque saben que su capitana aplastará con su talón la cabeza de la serpiente.
No temáis pequeño resto, atended a las últimas advertencias del final de los tiempos.
No temáis pequeño resto, ya es hora que os refugiéis en mi Inmaculado Corazón, sobrecogeos bajo los pliegues de mi Sagrado Manto, porque muchos enemigos os asediarán, el hombre impío pronto aparecerá.
No temáis pequeño resto, vivid mis lecciones de amor para que los falsos profetas no os engañen con sus cuentos y fábulas.
No temáis pequeño resto, porque pronto veréis aparecer señales y prodigios en el cielo; no os alarméis, esto es anuncio para el segundo advenimiento de Jesús.
No temáis pequeño resto, vivid los mandamientos de la ley de Dios y seréis salvos.
No temáis pequeño resto, acudid al Señor que su misericordia es eterna para con todos los que le aman.
No temáis pequeño resto, permaneced fieles a la sana doctrina, acoged la tradición y huid del modernismo.
No temáis pequeño resto, porque sois la porción amada del Señor, sois discípulos fieles a sus enseñanzas, sed radicales en su seguimiento.
No temáis pequeño resto, cuando os sintáis perseguidos o asediados: dichosos seréis porque vuestro es el Reino de los Cielos.
No temáis pequeño resto, saldréis ilesos en este tiempo de tribulación y de justicia; Jesús os pagará un buen salario por vuestra fidelidad.
No temáis pequeño resto, el Cielo os está avisando para cuando llegue el momento de los acontecimientos, muy pronto vendrá el Mesías.
No temáis pequeño resto, porque pronto mi Inmaculado Corazón triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará.
No temáis pequeño resto, porque seréis preservados, las alteraciones climáticas y las estaciones os afectarán en menor grado porque supisteis responder a los llamados angustiosos de una buena Madre.
No temáis pequeño resto, porque recibiréis corona de mártires el día que estéis en presencia del Tribunal Divino.
No temáis pequeño resto, esperad gozosamente el juicio a las naciones, los justos serán puestos a la derecha y los impíos a la izquierda.
No temáis pequeño resto, porque muy pronto llegará el día de la misericordia, día en que vuestras conciencias se os iluminarán, día en que tendréis un juicio particular ante la presencia del Señor, día en que muchas almas iniciarán un proceso de conversión perfecta, día en que cada uno verá su propia vida bajo la luz de Dios.
Hijos míos: la iluminación de las conciencias será una de las manifestaciones finales de misericordia que vendrá del Cielo porque aquí podréis ver como en un espejo nítido todo lo bueno y lo malo que hayáis hecho en vuestra vida. Es la última oportunidad que Dios dará a toda la humanidad, oportunidad en la que los pecadores desearán morir, oportunidad en la que las Iglesias estarán llenas de penitentes buscando el Sacramento de la Confesión, oportunidad que os llevará a un examen profundo de conciencia, oportunidad que es el último gesto de amor de Dios para con todos los hombres.
Virtud de Simplicidad
Hijos míos: la simplicidad es una virtud que os hace semejantes a mi Amor Santo. Mi Corazón Inmaculado, por gracia y misericordia de Dios conservó la humildad y la sencillez. Siempre rechacé lo presuntuoso; el lujo exagerado me producía malestar porque pensaba en el momento en que mi Hijo Jesús vino al mundo y Él siendo Hijo de Dios no halló donde reclinar la cabeza. El Rey de reyes y Señor de Señores nace en un pesebre de Belén, pesebre que hizo de cuna al recién nacido. Dichoso aquél pesebre que dio cobijo al Hombre- Dios.
La simplicidad os desata de bagatelas, os libra de apariencias, os desarraiga del mundo dándoos mayor libertad porque sus pompas son adornos falace4s que os pone etiquetas y precios.
Buscad la simplicidad en vuestra vida, no os compliquéis en vuestro estilo, vivid en la soltura, en la holgura espiritual. No os aferréis a las cosas que un día son y mañana ya dejan de ser; cosas que no os llevaréis con vosotros el día que partáis de esta tierra para jamás volver.
La simplicidad es un retablo de oro macizo, retablo pesado por su gramaje, por su espesor.
La simplicidad os sustrae de la fugacidad de los pensamientos baldíos, porque el alma que posee esta virtud posee espíritu de interioridad y trascendencia.
La simplicidad os evita quebrantos en vuestro corazón porque quien carece de ella vivirá siempre en la inconformidad, la desazón será su compañera de viaje.
La simplicidad es una virtud para los pobres de espíritu, virtud que los va acercando gradualmente al cielo.
La simplicidad fue virtud que adornó a los santos que hoy gozan de la visión beatifica de Dios en el cielo.
La simplicidad es corona fulgida que adorna a las almas sencillas, humildes; almas que pasan desapercibidas frente a los ojos de los hombres pero visibles frente a los ojos de Dios.
3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)
En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.
En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.
En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.
Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.
Letanías al inmaculado Corazón de María
V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.
V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oremos:
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
5. Oración final.
Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.
Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.
Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.
Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.
Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.
Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.