Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33.
Día 11. Es el último llamado, sois libres de elegir.
Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.
1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.
Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.
Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.
Día 11. Es el último llamado, sois libres de elegir.
Hijos acrísimos: atended a mi último llamado; tanto tiempo os he estado hablándoos de lo mismo mis palabras caen en el vacío, mis mensajes son poco leídos y mucho menos vividos, la indiferencia de mis hijos lastiman mi Inmaculado Corazón, la renuncia que hay a estas manifestaciones me hacen llorar.
Entiendo que hay proliferación de mensajes: mensajes de dudosa procedencia, mensajes que llevan a la confusión, mensajes que llevan a la perdida de fe, mensajes que no han sido dados por el Cielo, han sido creados, imaginados; mensajes de seudo-videntes que se atribuyen misión profética, mensajes que ya han sido leídos o escuchados. “¡Ay de los profetas insensatos, que siguen su propio espíritu y no ven nada!” (Ezequías 13,3) “Vanas son las visiones que ellos tienen, y embustes sus adivinaciones, cuando dicen: El Señor ha dicho; siendo así que no son enviados del Señor, y persisten en asegurar aquello que han anunciado” (Ezequiel 13,6)
Discernid, bajo la luz del Espíritu Santo, Espíritu que sopla y actúa en este final de los tiempos. Pedid que se os muestren las verdaderas manifestaciones e intervenciones de Dios.
Son pocos los profetas, son pocas las almas privilegiadas que reciben comunicaciones del Cielo; permaneced alertas para que no seáis engañados, no andéis más de un lado para otro por el purito de oír novedades, sosegad vuestro espíritu, aquietad vuestro corazón e id al Sagrario que Jesús os espera para daros todo su amor. Jesús os espera para revelaros sus secretos y tesoros escondidos, porque ya ha llegado la hora de mostrarlos, de darlos a conocer, porque el tiempo se os acaba; la proximidad de los acontecimientos es sorprendente, os llegarán en el momento menos pensado, por eso el Cielo os ha ido avisando, os ha estado preparando para que esperéis la pronta venida de Jesús sin temor.
El mundo se encuentra envuelto por una ola inmensa de oscuridad, el mundo está al borde de un cataclismo universal; pero lo peor de todo esto, es que el mundo ni siquiera se ha dado cuenta; Satanás ha obnubilado y enceguecido espiritualmente a la humanidad; humanidad de duro corazón a los llamamientos divinos, humanidad que ha caído en la trampa de Satanás; hacerles creer que no existe para después pasarles la cuenta de cobro.
Hijos míos: no seáis de aquellos que dicen: siempre se nos ha hablado de la segunda venida del Señor y hasta ahora nada ha pasado; pensad, el por qué de tantas apariciones y avisos del Cielo, por qué las lagrimas de las imágenes, por qué los milagros Eucarísticos. La respuesta es clara, es sencilla: pronto la tierra volverá al orden primero de la creación. Pero antes que todo esto ocurra sucederán signos que os muestran que estáis en el final de los tiempos, signos profetizados como el horroroso sacrilegio en el que aparecerá el hombre impío, “ el cual se opondrá a Dios, y se alzará contra todo lo que dice Dios, dando a entender que es Dios” ( 2 tesalonicenses 2,4) “Y entonces se dejará ver aquel perverso, a quien el Señor Jesús matará con el resuello o el solo aliento de su boca, y destruirá con el resplandor de su presencia a aquel inicuo que vendrá con el poder de Satanás, con toda suerte de milagros, de señales, y de prodigios falsos” (Tesalonicenses 2, 8-9) prodigios que engañaran, aún, a los mismos elegidos; prodigios que harán del hombre impío, simio de Dios, porque aquí se cumplirá lo predicho por el profeta Daniel 9,27 “cesaran las hostias y los sacrificios”.
Hijos amados: la presencia de Jesús en la Eucaristía es verdadera; precisamente por el amor desbordado que os tiene, se ha quedado vivo en la Hostia Consagrada. Hostia que debéis adorar porque en ella reside Dios. Hostia que debéis reparar porque son muchos los ultrajes, las profanaciones contras el Cuerpo Eucarístico de Jesús.
Sed, pues, soldados valerosos de mi Ejército Victorioso, defended a Jesús en la Eucaristía, adoradle por los que no le adoran, glorificarle por los que no le glorifican.
Consagraos a mi Inmaculado Corazón; es una urgencia de este final de los tiempos, tiempos terribles de confusión, tiempos en los que los dolores de parto ya han comenzado.
Os recuerdo; es el último llamado. Sois libres en elegir. El Cielo os está dando infinidad de oportunidades. Es vuestra la decisión, sólo os alerto para que os evitéis sufrimientos, para que os ganéis una morada en el Cielo.
Virtud del Desprendimiento.
Haced caso a cada una de mis enseñanzas que os imparto con amor. Enseñanzas que os adelanta en vuestra infancia espiritual y os va haciendo más maduros en vuestra fe.
Ha llegado el momento de que os hable de la virtud del desprendimiento.
Virtud que os da desapego de lo terrenal.
Virtud que os hace tomar conciencia de vuestros actos baldíos, baldíos porque os aferráis a cosas caducas que no podréis llevar cuando seáis llamados a la Patria celestial. Haced un alto y reflexionad cuales son vuestros apegos y tomad la férrea decisión de erradicarlos de vuestra vida.
Andad ligeros de equipaje, que no os sorprenda la noche con vuestra misma manera de pensar.
Renovaos pues en vuestra manera de actuar y emprended un nuevo camino. Camino diferente, camino en el que no os duela desprenderos de todo, aún, de vosotros mismos.
Hijitos míos, no existe una bascula que pese el gran amor que una buena madre tiene por su hijo.
Desde el anuncio de mi Maternidad, me doné sin reservas a la Voluntad de Dios.
Mi Corazón se ha inundado de felicidad, mezclada con dolor, porque desde antes de su nacimiento sabia del enorme sufrimiento que me esperaba, al tener que desprenderme de lo más amado de mi Inmaculado Corazón. Pero me abandoné por completo en las manos del que todo lo puede sin objetar en lo más mínimo, porque el dolor ofrecido produce efectos maravillosos en el alma.
Así es, pues, pequeñitos míos que debéis hacer de vuestra vida un desprendimiento constante, para que lentamente vayáis muriendo a vuestros apegos y nazca en vosotros un nuevo ser adherido a Dios.
3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)
En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.
En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.
En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.
Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.
Letanías al inmaculado Corazón de María
V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.
V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oremos:
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
5. Oración final.
Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.
Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.
Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.
Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.
Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.
Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.
¡¡ TU GRACIA NOS BASTA SEÑOR, GRACIAS POR SER HIJOS TUYOS Y DE TU MADRE SANTISIMA Y MADRE NUESTRA.!! BENDITO SEAN LOS CORAZONES INMACULADOS DE JESUS Y MARIA