“LA MUJER SOLTERA SE PREOCUPA DE LAS COSAS DEL SEÑOR”.
Yo quisiera verlos libres de preocupaciones. El que no se ha casado se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle.
No así el que se ha casado, pues se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su esposa, y está dividido.
De igual manera la mujer soltera y la joven sin casar se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu. Mientras que la casada se preocupa de las cosas del mundo y de agradar a su esposo.
Al decirles esto no quiero ponerles trampas; se lo digo para su bien, con miras a una vida más noble en la que estén enteramente unidos al Señor.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México