La Civilización de la Muerte
Perros y gatos toman el puesto de los hijos.
¿Cómo llenar el hueco que dejan los hijos a los que no se les permite nacer?
Para tener una idea concreta de las consecuencias que ha traído el pecado de Onán es suficiente echar un vistazo a algunos hechos que suceden en las escuelas italianas, en la medicina y en el comercio. Italia puede servirnos muy bien de ejemplo ya que es la primera en la carrera hacia la muerte, habiendo ella misma rebasado la tasa cero (0) de natalidad, que representa la barrera a la civilización.
Onán en la Escuela.
Tanto en las guarderías como en las escuelas de educación preescolar (que son las escuelas en las que primero se manifiesta este (fenómeno) disminuye el ingreso de infantes y por consecuencia los puestos de trabajo. Para suplir la falta de empleo se han inventado soluciones sin sentido: más horas de clases, que se hacen cada vez más exigentes, escuelas de tiempo completo con dobles turnos: matutino y vespertino, repartición de las materias entre más profesores, introducción de nuevas materias, creación de puestos que apoyen a los niños con problemas. Un solo grupo tiene en promedio cuatro profesores y uno de soporte para niños con problemas.
Habría muchas fallas que señalar sobre el método didáctico actual; algunos provocados en los niños por estar rodeados de demasiadas “figuras maternas”, otras debidas a la dificultad de los maestros a seguir los cambiantes programas de estudios, sobre la crisis gubernamental, pero resulta inútil decir las cosas que todos sabemos pero que ninguno puede o quiere rebatir por motivos más que evidentes.
Se llegó a un caso paradójico del que nos tocó ser testigos: un niño Down fue pasado de año con año hasta el quinto de primaria y después descalificado en los exámenes para pasar a secundaria.
Los padres estuvieron de acuerdo a que llegara a ese nivel para poder librarse de su responsabilidad de cuidarle al menos durante el horario de clases. Lo mandaron otra vez a primero de primaria, ¡tal vez para servirles de apoyo a los maestros de ese nivel! Y todos parecían contentos por esa decisión: papás, maestros y director. Tendríamos que preguntarnos cómo afecto al pequeño ésta decisión, y a su progreso personal, ese pobre pequeño que, tal vez después de diez años de primaria será, andado otra vez a primer grado.
A quien le atribuiremos la culpa de tantas cosas absurdas? A Onán. Toda la culpa resultaría ser solo suya.