DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
“APRESURÉMONOS A ENTRAR EN EL DESCANSO DEL SEÑOR”.
Temamos, pues, no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros resulte que llegue rezagado.
También nosotros hemos recibido la buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron no les aprovechó, pues no se compenetraron con la fe de los que la escucharon.
De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré con ira: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo,
pues está dicho en alguna parte acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras.
Y también en el mismo lugar: ¡No entrarán en mi descanso!
Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México