Meditación de las Horas Nocturnas
III. Reparad por las almas engañadas por la magia, la superstición, la santería.
Coronilla del Amor
En las cuentas del Rosario:
En las cuentas grandes:
Sagrados Corazones de Jesús y de María:
Sed nuestro amor y salvación.
En las cuentas pequeñas (10 veces):
Jesús, María os amo. Salvad almas.
Al final del Rosario, repetir tres veces:
Sagrados Corazones de Jesús y de María:
Haced que os ame cada vez más.
III. Reparad por las almas engañadas por la magia, la superstición, la santería.
Jesús:
Hijo carísimo: qué grato poder contar con vuestra compañía en esta noche. Que regocijo siente mi Divino Corazón al saber que no estoy solo, que un alma ha sacrificado parte de su sueño y se ha unido al coro de los Santos Ángeles para reparar por los desvaríos de los hombres, hombres que andan de un lado para otro por el purito de oír novedades; hombres que centran su fe en la superstición, hombres que no acuden al tronco del árbol sino a sus ramas; hombres que, aún , no han profundizado en las verdades de la religión; hombres que sacralizan lo profano; hombres que pretenden hallar respuestas, utilizando medios equívocos; medios que los sumergen en un mar turbulento de dudas, medios que los sustraen de la doctrina veraz, doctrina entresacada de las fuentes fidedignas de las Sagradas Escrituras y del Magisterio de la Iglesia.
Alma reparadora que sois como antorcha de luz en medio de la oscuridad de esta noche: reparad por aquellas almas que van en pos de falsos dioses, dioses salidos de las profundidades del averno; dioses que traen consigo el caos, la confusión; dioses en los que no hay claridad, nitidez; dioses que atrapan a muchos incautos en las telarañas de la mentira y del engaño.
Alma reparadora que os unís a la oración de la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante: atraedme con vuestro desvelo de Amor Divino a aquellas almas que se dejan seducir por los engaños de la magia, de la superstición, de la santería: rogad al Cielo para que estos pobrecitos hijos míos purifique sus corazones en los manantiales de agua viva; agua que los limpiará, los renovará interiormente; agua que caerá como llovizna fresca para suavizar la aspereza de su espíritu.
En esta noche, alma reparadora: dejaos tomar y poseer por mi amor porque la sed de almas me devora, me quema por dentro.
Cómo quisiera que todos los hijos dispersos de mi redil, se acercaran a mi Sacratísimo Corazón.
Corazón con muchísimos espacios, aún vacios.
Corazón ansioso en abrasar, en la llama de mi amor divino, a toda la humanidad. Humanidad a la que amo por igual, porque por todos vosotros me ofrecí como Victima Divina para redimiros de vuestros pecados y daros salvación y vida eterna.
Hermosa coronilla reparadora, alivia el corazón de JESÚS Y MARIA