Catecismo del Sagrado Corazón de Jesús. Capítulo IV. La Reparación

Catecismo del Sagrado Corazón de Jesús. Capítulo IV. La Reparación

Catecismo del Sagrado Corazón
Capítulo IV. La Reparación

 

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1.- ¿Cómo han correspondido los hombres al amor del Corazón de Jesús?
No ha encontrado el Corazón de Jesús la debida correspondencia a las excesivas pruebas de su amor. Fría indiferencia en muchos, desprecio en otros y no falta quien le profese verdadero odio.

2.- ¿ha formulado Jesús alguna queja a este propósito?
Entre las muchas que formuló en sus apariciones a Santa Margarita María, ocupa lugar preferente la de la memorable aparición del 16 de junio de 1675 con estas palabras: “Aquí tienes este Corazón que tanto ha amado a los hombres que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor, y que, en pago de su bondad, no recibe de los demás, sino desprecios, irreverencias, sacrilegios y olvidos de que me hacen objeto en este Sacramento de amor…”

3.- ¿Cómo sabemos que la reparación es uno de los fines principales de la devoción al Corazón de Jesús?
Nos lo garantizan plenamente la enseñanza de la Iglesia y las revelaciones de la vidente de Paray.

4.- ¿Qué nos dice la Iglesia acerca de la reparación?
En la carta encíclica de Pío XI “Miserentissimus Redemptor”, del 8 de mayo de 1928, leemos los siguientes párrafos: “Y en verdad el espíritu de expiación y de reparación en el culto al Sagrado Corazón de Jesús tiene la primacía y la parte más principal, ni hay nada tan conforme con el origen, virtud, industrias propias de esta devoción, como la historia y la tradición, la sagrada liturgia y las actas de los Pontífices lo confirman.”

5.- ¿Qué dice al mismo propósito Santa Margarita María?
“El Sagrado Corazón pide almas reparadoras que le devuelvan amor por amor e imploren humildemente el perdón de Dios por todas las injurias que recibe.”

6.- ¿Cuáles son los principales actos de reparación que recomendó el Señor a su sierva?
Fue el primero de todos los jueves, de once a doce de la noche, permaneciera en oración postrada en tierra, en memoria de su mortal agonía en el Huerto de los Olivos.

Fue el segundo que el viernes inmediatamente posterior a la octava del Corpus se celebrara una fiesta en honor de su Sagrado Corazón, comulgando en dicho día y ofreciendo un acto de desagravio por los pecados de los hombres.

7.- ¿Cómo cumplió Santa margarita los deseos de nuestro Señor?
Con admirable fidelidad: su vida toda fue una serie continua de sufrimientos que ofrecía amorosamente al Salvador en reparación de las iniquidades de la tierra.

8.- ¿Qué hemos de hacer para desagraviar y consolar al Corazón de Jesús?
Los principales medios a nuestro alcance son:

a) Hacer con frecuencia la comunión reparadora.

b) Ofrecerle reiterados actos de desagravio, especialmente ante el Sacramento del Altar.

c) Llevar una vida de sacrificio en expiación de la sensual y profana de los cristianos.

9.- ¿Cómo podrán estos actos de reparación consolar a Cristo?
Nos dice Pío XI en la encíclica “Miserentissimus Redemptor”: “Del mismo modo que por nuestros pecados futuros, pero el alma de Cristo Jesús estuvo triste hasta la muerte, así recibiría sin duda algún consuelo de nuestra reparación, futura, pero prevista, cuando el Ángel del Cielo se le apareció para consolarle.”

10.- ¿Qué es la comunión reparadora?

es sencillamente una comunión hecha con la intención de reparar las ofensas que recibe el divino Corazón de parte de los pecadores y desagraviarle por ellas. Hemos de ofrecer especial reparación por los pecados propios, por los ultrajes inferidos a Jesús en su Sagrada Eucaristía, por los que recibe de los malos católicos y más todavía de las personas consagradas a su santo servicio.

 

Grandes revelaciones

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Tres son las principales y acaecieron en el decurso de los años aproximadamente. Ocurrió la primera el 27 de diciembre de 1673, fiesta del Discípulo Amado. Estaba Margarita en el coro bajo presencia de su Amor sacramentado, cuando, perdiendo conciencia de sí misma y de cuanto la rodeaba, se sintió como engolfada en la divina esencia.

“Me entregué, dice, al Espíritu Divino, rindiendo mi corazón a la fuerza de su amor. Hizome reposar mi divino Maestro por largo rato en su santísimo pecho, y me descubrió las maravillas de su amor y los inefables secretos de su Sagrado Corazón. Por vez primera me abrió este divino Corazón de manera tan real y sensible, que no me dejó lugar a duda acerca de la verdad de esta gracia”.

Me dijo el Salvador: “Está tan rebosante mi divino Corazón de amor a los hombres y, en particular, hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, se ve como forzado a derramarlas por su medio sobre las almas a fin de enriquecerlas con los tesoros que en ellas se encierran. A pesar de tu indignidad, y de tu ignorancia, te he escogido como instrumento de tan alto designio para que se vea claramente que soy yo quien lo hago todo.”

“Me pidió luego mi corazón; le supliqué que lo tomará, y así lo hizo. Lo introdujo en su Corazón adorable, en el que me lo mostró como un átomo que se consumía en aquella ardiente hoguera. Sacándolo después como una llama ardiente en forma de corazón, volvió a colocarlo en mi pecho con estas palabras: Ahí tienes, hija mía, una prenda preciosa de mi amor; con ella he prendido en tu pecho una chispita de las más vivas llamas de este amor, que te servirá de corazón y te irá consumiendo hasta el postrer instante de tu vida.”

Tal fue la primera revelación, según la refiere la misma Santa. En ella se perfila ya de manera inconfundible el carácter esencial de la nueva devoción: el del amor compasivo.

Las místicas benedictinas Santa Gertrudis y Santa Matilde vieron al Sagrado Corazón como amor triunfante y se embriagaron en la copa de las delicias. San Francisco de Asís y otros finos amantes del Salvador no consideraron la llaga del costado sino como uno de los atributos de su Pasión. Para Santa Margarita María el Sagrado Corazón es el Amor olvidado, despreciado, ultrajado, que exhala dulces quejas contra la ingratitud de los hombres y solicita la debida reparación. Este carácter adquirirá aún mayor relieve en la siguiente aparición.

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1 Comentario

  1. José luis

    BENDITO , ALABADO SEA EL CORAZÓN DE JESÚS SACRAMENTADO.
    Estemos, unidos en oración para la salvación de este mundo, y en especial para todos
    los enfermos, y los que por causas de distintas se encuentran solos,y padecen hambre
    pongamos, junto a ellos nuestra oraciones, en compañía de el Sagrado Corazón de Jesús.
    Recibamos de nuestra Padre, Dios Sus Bendiciones.

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