EL Santo del día.
SAN FEDERICO JANSOONE
Etimológicamente significa “muy pacífico”. Viene de la lengua alemana.
Nació en Ghyvelde, al Norte de Francia en el año de 1838, hijo de Pedro Janssoone y de María Isabel Bollengier, familia campesina de buena posición económica, cristianos de profundas convicciones y padres de familia numerosa como la mayor parte de los que viven en el campo. El día que fue bautizado le pusieron el nombre doble de Federico Cornelio. Este santo muy pronto se sintió fascinado por la espiritualidad de san Francisco de Asís, quién ha ejercido una gran influencia en muchos santos para dedicarse de lleno a la vida religiosa.
Federico era muy inteligente, esto se noto en sus estudios que curso de una forma loable, a la edad idónea pidió entrar en el noviciado para iniciar su vida religiosa, es aceptado en la orden religiosa franciscana que estaba en Amiens.
Ahí comenzó a estudiar sus estudios escolásticos e inmediatamente después es ordenado sacerdote en el año de 1870, más tarde es nombrado capellán militar.
Una de sus primeras actividades importantes fue fundar un monasterio en la ciudad de Burdeos, ahí en Burdeos estuvo sirviendo en el monasterio hasta que se le encomienda otra tarea, ocuparse de los asuntos de otra orden en tierra santa.
Aquí estuvo un año y meses entregado a la Custodia de los Santos Lugares, alternado su trabajo con el cuidado de la Biblioteca Nacional.
Una meta que tenía Federico era escribir la historia de las misiones franciscanas con su compañero y amigo historiador Marcelino Civezza y dejarlo como patrimonio para la orden franciscana. Era un enamorado de la celebración eucarística, hombre carismático que dejaba ver su interior.
Sus trabajos e investigaciones sobre los santos y franciscanos misioneros que empieza a escribir no eran una simple investigación histórica, sino más bien, un encuentro de los discípulos de Cristo.
En el año de 1881 es enviado a Canadá donde se entrego con amor a su vida religiosa y a los demás y ahí muere en el año de 1916.