La Civilización de la Muerte III
Objetivo de Satanás: de ser adorado
Una vez que los hombres se hayan corrompido y vaciado de todos los valores, será fácil para la “bestia” tenerlos bajo control, marcados y hacerlos sus adoradores. Este es en efecto el objetivo que el dragón-satanás trata de perseguir sirviéndose de las dos “bestias” las cuales representan su cuerpo místico en la tierra:
“la tierra siguió a la bestia y los hombres adoraron al dragón…lo adoraron todos los habitantes de la tierra…pudo darle vida a la estatua de la bestia, hasta lograr que hablara y pudiera dar muerte a todos aquellos que no adoraran la estatua de la bestia (Ap. 13, 12ss)
Lo referente a la adoración nos es ya familiar de parte de la bestia. Leemos en el Evangelio de mateo.
“de nuevo el diablo lo llevó consigo a un sitio altísimo y le mostró todos los reinos del mundo con toda su gloria y le dijo: “Todas estas cosas te daré si te postras y me adoras”. Pero Jesús le respondió, aléjate Satanás, que está escrito: Adora al Señor tu Dios y sólo a Él rinde culto. Entonces lo dejó y los ángeles se acercaron para servirlo. Mateo 4,8-11
Con Jesús no tuvo éxito. Ahora Satanás lo intenta con nosotros, que constituimos el “cuerpo místico” de Jesucristo y descubre que la humanidad se le rinde por mucho menos de lo que le ofreció a Jesús en su tiempo. Ha encontrado ya muchos, y muchos otros se le están reclutando, está convencido que todo el mundo se rendirá a sus pies.
La adoración que le negó Jesús y que le niega la Iglesia católica, Satanás la recibe en abundancia de su Iglesia, “la sinagoga de Satanás”; en concreto en el gran templo que la New Age (la nueva era) le está preparando, se imagina que todo el mundo le rinda honor.
Pero una vez más la bestia no hizo bien las cuentas (no por nada es una “bestia”), porque surgirá un pequeño Miguel que le gritará: ¿”Quis sicut, Deus?”, y todo su armazón se desplomará de un solo golpe, tal y como cayó la grande estatua del libro de Daniel (Dn. 2,3) como ya sucedió en el cielo (Ap. 12,7-10)
Satanás bien sabe que lo que pregonamos es verdad, pero no lo aceptara nunca, ni cuando caerá en el abismo (Ap. 20,3) Por eso continúa marcando hombres en su loca ilusión de conseguir la victoria final. Esto es lo más dramático, que muchos hermanos continúan consagrándose a él.
Para conseguir ser adorado, Satanás necesita tomar al hombre desde el inicio de su vida, desde la infancia desde el “suicidio de la razón y en su resignación al absurdo”, como ya bien definió el cardenal Biffi. Ésta realidad la que trataremos de delinear en las siguientes páginas, examinando las varias etapas de la acción del infierno:
I. El Onanismo: los bebes no deben ser concebidos.
II. El aborto: los bebés concebidos deben matarse antes de nacer.
III. La muerte lenta: los niños que lograron nacer deben de ser privados de la inocencia.
IV. Los perros y gatos toman el lugar de los hijos: para llenar los espacios vaci0s creados por los hijos no nacidos.
V. La destrucción de los valores fundamentales del hombre: la demolición y malformación de la dignidad del hombre.
VI. El hombre adorador de satanás: vaciado de todo valor moral. Debilitada su voluntad y confundida en la razón, incapaz de dominarse y por ello de escoger, el hombre inexorablemente es llevado a lo demoniaco arrastrado por el agua de la cultura de la muerte que ahonda sus raíces en el hedonismo de las pasiones, en la música rock, en los medios de comunicación, en las liturgias satánicas, en los sacerdotes- magos de Satanás que toman el lugar de los sacerdotes de Dios.
Estoy de acuerdo en parte sobre las acciones de satanás en el mundo en realidad el entra con mucha sutileza a destruir matar y otras cosas mas como el aborto que es la propia madre quien mata a su hijo estoy de acuerdo que muchas personas en vez de tener y acariciar hijos propios se dedican a darle amor a perros y gatos quienes sustituyen a los hijos . Debemos combatir los flagelos del mal y resaltar nuestros valores espirituales y morales para no dar cabida a las acciones y planes del maligno que continua destruyendo a la humanidad engañándola de mil maneras utilizando argumentos sutiles de destrucción y muerte Lavinia Hernandez