Catecismo del Sagrado Corazón.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús en los primeros siglos:
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nació en el mismo Monte Calvario como uno de los más preciados frutos del árbol de la Cruz, del que dice un himno litúrgico “no hay selva que produzca otro igual en lozanía, en flor o en fruto” (Himno de laudes de la Santa Cruz). “uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió Sangre y Agua” comentando este texto de San Juan Evangelista exclama admirado San Agustín: “¡Qué palabra más adecuada usa el Evangelista!”
Pues no dice que “el soldado golpeó o hirió el costado, sino que lo abrió para manifestar que así quedaba abierta aquella puerta de vida de donde dimanan los Sacramentos y todas las gracias.” Honda impresión dejó en la primitiva Iglesia el recuerdo de la sangre y agua brotadas del costado de Cristo. Ya en los toscos grabados de las catacumbas se observan las piadosas miradas fijas en el costado del Salvador.
Jesús a Sta. Margarita Ma. de Alacoque: “Mis enemigos me pusieron una corona de espinas en la cabeza; los que se dicen mis amigos me ponen una corona de espinas en el Corazón”.
Se refiere Jesús a muchos de nosotros, católicos tibios, que nos proclamamos buenos, obramos mal y seguimos creyéndonos buenos.