¡Expulsarán demonios en mi nombre!, ¿metáfora o realidad?

¡Expulsarán demonios en mi nombre!, ¿metáfora o realidad?

¡Exulpsarán demonios en mi nombre!, ¿metáfora o realidad?


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Tras estos años de evangelización y contacto permanente (comunión) con nuestra Iglesia católica, tanto de forma personal, formativa, comunitaria, litúrgica, bíblica, podemos agradecer a Dios como ha ido ennobleciendo nuestro corazón para servir y a la vez, ser capaces de escuchar el clamor de muchas almas que desean ser liberadas pues son esclavas del mal y poder extender nuestra ayuda y ser edificadores del reino de nuestro Señor Jesús.

Muchas almas reconocen y quieren salir del estado en que se encuentran totalmente sometidas al mal, pero no encuentran la forma de hacerlo, es tan fuerte la atadura que sí quieren hacerlo no tienen la suficiente fuerza de voluntad; otras almas son engañadas para no reconocer su estado espiritual moribundo y prefiere estar en ignorancia para no afrontar la verdad, pues al ser interpelados por Dios tendrían que moverse y de esta manera están a gusto, inertes; muchos viven en total apatía a la vida cristiana sometidas a las terribles apetencias de sus deseos, incapaces de renunciar a ellos.

En estos años, hemos comprobado lo bello que es servir pero encontramos una gran limitante: “cuando satanás se manifiesta abiertamente”. El evangelio está impregnado en sus páginas sobre la actividad de Jesús de expulsar a los demonios del cuerpo y vida de los hombres. Es una realidad de que muchos prefieren pensar que sólo es una metáfora, desgraciadamente la realidad es otra: “el diablo existe”, “ésta vigente” y hoy sus mejores frutos son una gran cantidad de jóvenes.

Es muy común escuchar: mi hijo tiene un miedo atroz, se mueven objetos, se oyen ruidos raros, escándalo de trastes, se escucha que se mueven cosas dentro de la casa, se ven sombras, se siente helado alguna zona de la casa, pesadillas fortísimas, se acercan cuervos, lechuzas, se escuchan voces ordenándoles algo, se siente un ahogo en ciertas habitaciones, esto nos indica que hay una perturbación demoniaca, hay una opresión de parte de satanás, esto es lo más sencillo pero cuando es mayor lo que se manifiesta ¿qué hacer?, nosotros hemos dado paso a la especialidad que el mismo Señor Jesús dejó en manos de la Iglesia: Mc 16:17 A los que creyeren les acompañarán estas señales: en mi nombre echarán los demonios, hablarán lenguas nuevas. Para nosotros es un área que compete principalmente a los sacerdotes, a nuestra Iglesia.

La sagrada escritura nos recuerda que los cristianos podemos expulsar a satanás de nuestra vida, el problema es que nunca estamos dignos para hacerlos porque no tenemos una vida espiritual fuerte en Jesús, una oración intensa, el alimento sacramental y una pobre conversión hacía Dios, ¿cómo poder expulsar a satanás con tan poca fuerza espiritual por falta de oración, sacramentos y conversión?

Damos gracias a Dios por bendecir nuestra Arquidiócesis de León, que nos ha enviado dos sacerdotes extraordinarios que tienen el “don” de liberar y exorcizar. Un gran bien a estas ciudades que conforman la arquidiócesis y llega por parte de Dios esa ayuda para fortalecer a su Iglesia, celebrando la santa eucaristía acompañado de la acción de sanción, liberación y exorcismo, son un gran alivio para los fieles que ven en sus hogares la manifestación de satanás y el terror en esos hogares que gritan desde el fondo de su hogar: “ayuda”.

Ese poder dado por Dios a nuestros sacerdotes estremece cuando con los rituales de la Iglesia, aquellos hombres y mujeres gritan en un lenguaje extraño, burla, voces con doblete y gritos amenazadores. Palabras que hacen que huyan los demonios: “y tú demonio maldito, reconoce tú sentencia, y da lugar al Dios vivo y verdadero y a Jesucristo el único Señor y no te atrevas a violar está cruz conque han sido sellados estos hijos, que te han rechazado y reconocen a Jesús como su único salvador y Señor”.

Maravilloso cuando satanás se revuelca en sí mismo por que Jesús nos demuestra que el mal puede ser vencido: “En nombre de Jesús, con el poder de su nombre y de su sangre preciosa, en el nombre de María la virgen inmaculada. ¡Yo te ordeno!, ¡espíritu inmundo sean quien seas!, ¡aléjate de estos hijos de Dios!, de sus familias, de sus cosas y no te atrevas a dañarlos, ni a perturbarlos. ¡Aléjate espíritu impuro, Yo te ordeno en el nombre de Jesús”.

Gran cantidad de hermanos han experimentado el amor de Dios, al enviar a estos dos sacerdotes, que están ejerciendo sus talentos, son los testigos de la liberación en Jesús y a la vez testigos de que el diablo existe. El católico debe de estar alerta, pues el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar.

Hay muchos que se niegan a creer, muchos que se burlan de esta realidad; el gobierno no lo aceptaría porque tendría que pedirle ayuda a la Iglesia, la ciencia no lo acepta porque tendría que pedirle perdón por tanto ataque durante tantos siglos y ahora decirle: “ayúdanos que esta es tú especialidad”, sería la peor vergüenza para ellos.

La producción de películas sobre posesiones y exorcismos va en aumento, sin embargo, nos preguntamos ¿qué es lo buscan algunos productores con estas películas?, buscan denunciar a satanás, concientizar a la gente que el diablo existe u obtener ganancias substanciosas?; unos productores ponen a sacerdotes cansados, enfermos, viejos ante satanás que parece invencible y actual; el católico creyente, sabe que al nombre de Jesús, toda rodilla se dobla en los cielos y en la tierra cfr. Fil 2, 9-11; cuan con mayor razón el diablo que es una creatura creada: Mc 1:23-25 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios. Jesús, entonces, le conminó diciendo: “Cállate y sal de él.”

Es una realidad que muchos la ven como metáfora en la biblia. La lucha entre el bien y el mal es palpable e incluso para los que no creen, están sometidos en todo momento en hacer el bien y el mal. Dios contra satanás, no habría comparación más satanás se vale todo recurso para trabar lucha y en medios de Dios-está el hombre- y el diablo. Recordamos cuando de pequeños no sabemos con quién irnos: con mamá o Papá, así para muchos, están a gusto lo disfrutan estando con los dos bandos, más en juego está la preciosa alma del hombre, ¡nunca de satanás!, pues es de Dios.

Hay una apatía para tratar estas situaciones por parte de la juventud y también una terrible ignorancia o laza conciencia de lo que es el pecado. En los retiros kerigmáticos se hace una renuncia de satanás y oración de liberación. “renuncias a satanás”, ¡Sí renuncio!, es lo que se escucha explícitamente, continúa el ritual: renuncias a sus obras como lo son: el ocultismo, a toda forma adivinatoria, incluyendo astrología y horóscopos. ¡Si renuncio!; renuncias a la lectura de las cartas, a la lectura de la mano, del café, del té, práctica espiritista, donde se invocan a muertos o difuntos. ¡Sí renuncio!; a todo poder mental, a todo tipo de control al margen de Dios. ¡Sí renuncio!; a toda práctica de brujería, hechicería, magia, curanderismo, chamanismo, santerismo. ¡Sí renuncio!; a toda práctica de iniciación como lo es: la santa muerte, los rosacruces, la masonería, las doctrinas orientales, la adoración a satanás en misas negras, la práctica de devociones que van en contra de la naturaleza del hombre. ¡Sí renuncio! y así sucesivamente va el ritual recorriendo todas aquellas prácticas que con mucha frecuencia practicamos los católicos.

Ante la creciente manifestación de satanás en las familias, volvemos a insistir que Dios ha bendecido a esta Arquidiócesis de León al tener a dos sacerdotes con esa misión de exorcizar y vaya que Jesús actúa, el gran detalle es que las familias quieran ser ayudadas porque muchas buscarán soluciones por todos lados y no lo van a encontrar: Mc 6:5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.

El escepticismo, la incredulidad, el ateísmo, el satanismo son campos fértiles donde satanás se oculta y abunda, serían capaces de convertir a la acción exorcista de Jesús en una metáfora, sin embargo, la recta práctica del evangelio, la pureza de los valores, intención sincera de corazón por servir al hermano, la comunión con la Iglesia, una vida sacramental bien nutridita y el amor a Dios destierra todo tipo de habitad del diablo en el hombre, porque aunque algún efecto de satanás puede vivir en el hombre por haber practicado este tipo de obras, a la larga se diluye en la flama ardiente del amor de Cristo y de María santísima, siendo esto una “verdad eterna”.

Para terminar, la crítica bíblica, apoya esta acción de expulsar demonios porque es una realidad bíblica, la acción constante de un hecho dentro de la palabra de Dios garantiza esa realidad de que Jesús vino y liberó al hombre del pecado y de satanás, expulsando demonios, pero lo importante es que hoy actúa eficazmente. Confiar en Dios y en su poder es determinante pero a la vez es una clara advertencia de alejarte de satanás y de sus obras, al grado de romper definitoriamente con una renuncia explicita: ¡Sí renuncio! y todo se transforma en ese amor de Dios.
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1 Comentario

  1. ADRIANA GONZALEZ

    Gracias por este artículo real, y que nos confrma que debemos estar siempre orando y alimentando nuestra espiritualidad para vencer el mal.

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