“ALÉGRENSE DE QUE SUS NOMBRES ESTÉN ESCRITOS EN EL CIELO”.
Los setenta y dos discípulos volvieron muy contentos, diciendo: “Señor, hasta los demonios nos obedecen al invocar tu nombre.
Jesús les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Miren que les he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y poder sobre toda fuerza enemiga: no habrá arma que les haga daño a ustedes.
Sin embargo, alégrense no porque los demonios se someten a ustedes, sino más bien porque sus nombres están escritos en los cielos.
En ese momento Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a los pequeñitos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu voluntad.
Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos; nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; nadie sabe quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera dárselo a conocer.
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!”
Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
Amen, Amen yAmen. Gracias Señor porque puedo leer tu palabra