“EL QUE ME RECHAZA A MÍ, RECHAZA AL QUE ME HA ENVIADO”.
¡Pobre de ti, Corazaín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se han hecho en ustedes se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que sus habitantes habrían hecho penitencia, poniéndose vestidos de penitencia, y se habrían sentado en la ceniza.
Con toda seguridad Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes en el día del juicio.
Y tú, Cafarnaún, ¿crees que te elevarás hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el lugar de los muertos.
Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México