“NO SOMOS HIJOS DE LA ESCLAVA, SINO DE LA MUJER LIBRE”.
Está escrito que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la mujer libre, su esposa.
El hijo de la esclava le nació como cualquier ser humano, mientras que el hijo de la libre se lo debía a una promesa de Dios.
Aquí hay una figura, y reconocemos dos alianzas. La primera, la del monte Sinaí, es Agar, que da a luz a esclavos.
n cambio, la Jerusalén de arriba es libre y es nuestra madre.
La Escritura dice: Alégrate, mujer estéril y sin hijos; estalla en gritos de alegría, tú que no has conocido los dolores de parto, pues muchos serán los hijos de la madre abandonada, más que los de la que tenía marido.
Hermanos, nosotros somos hijos de la mujer libre y no de la esclava.
Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
Buenas tardes, uno de los problemas mas graves para la humanidad es que solo creemos en lo material, dinero y poder.