Etimológicamente significa “del octavo día”. Viene de la lengua latina.
Hijo de Guillermo II, rey de Borgoña. Su hermano llegó a ser Papa con el nombre de Calixto II. Otro hermano fue el arzobispo de Besançon.
El padre, lo había reservado para que fuera su sucesor, lo empezó a preparar y le envió a estudiar a la universidad de Bolonia.
Un joven muy inteligente. Al terminar con excelencias sus brillantes estudios, se convirtió en profesor.
Para el rey Guillermo veía que su muerte se acercaba. Entonces envió a mensajeros para que su hijo regresará, cosa que hizo inmediatamente, cuando llegaron, su padre ya había muerto.
Gracias a esta muerte por así decirlo, y aunque dolorosa pero esperada, él pudo seguir libremente su vocación, y entonces se preparó para entrar de monje Cluny esperando con que los suyos no pusieran dificultades.
Al no encontrarlas por parte de los parientes, él entró en la abadía de san Pedro en la que vivió por espacio de cuarenta y dos años., entregado a la oración y al estudio de la Palabra de Dios.
Una persona muy sociable y con unos talentos apropiados para tratar a todo el mundo como se merecía, es como quién dice: tenía el don de la amabilidad y bondad.
Él sentía realmente la necesidad de buscar lo más bello de Jesús y para él era la humildad de Jesús hecha carne en él mismo.
Veinte meses antes de su muerte, tuvo que presidir la diócesis de Savone porque no había candidato. Durante este tiempo realizó varios milagros, el primero de los cuales fue la reforma de los canónigos. Les privó de sus prebendas mientras no cambiaran de conducta.
Este joven murió en Liguria el 6 de agosto del año de 1132.
San Octaviano, 6 de agosto