“DIOS NO SE ARREPIENTE DE SUS DONES NI DE SU ELECCIÓN”.
A ustedes, que no son judíos, les digo: si yo, apóstol de los no-judíos, pongo tanto empeño en cumplir con mi oficio,
es porque quiero despertar los celos de mi raza y así salvar a algunos de ellos.
Si al caer ellos el mundo se reconcilió con Dios, ¿qué significará su reintegración sino que la vida resurge de entre los muertos?
Porque Dios no se arrepiente de su llamado ni de sus dones.
Pues bien, ustedes, que no obedecían a Dios, fueron perdonados a través de la rebeldía de los judíos.
Ellos, a su vez, serán perdonados después de la actual rebeldía que les ha traído el perdón a ustedes.
Así Dios hizo pasar a todos por la desobediencia, a fin de mostrar a todos su misericordia.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México