Etimológicamente significa “ casta, pura”. Viene de la lengua griega.
Catalina fue una religiosa española agustina, nació en Valldemosa (Mallorca), en el año 1533. Quedó huérfana de padre y madre desde muy pequeña, unos tíos la llevaron a vivir con ellos, quienes con su áspero trato ejercitaron en catalina su paciencia y humildad, virtud que fue ejemplo en su vida a los demás.
A los diecinueve años, tocó inútilmente a la puerta de varios conventos, hasta que por fin fue admitida en las canonesas de san Agustín, en la ciudad de Palma. Toda su vida se desarrolló en un ambiente sobrenatural un contacto con Jesús y manifestaciones divinas. A pesar de su carencia de letras, poco instruida y de su humilde estado de hermana lega, la más baja , los personajes más célebres de su tiempo la consultaban como a oráculo divino.
El P. Castañeda, que fue su confesor, la estimulaba en el camino de la santidad, dotes que el Padre percibía.
Catalina luchaba con todas sus fuerzas para que pudiese entrar en el convento de santa María Magdalena. Una vez que venció todos los obstáculos, su sueño se hizo realidad.
Todas las monjas la querían mucho, logro ganarse su amistad por su sencillez, por el cúmulo de sus virtudes y su gran disponibilidad en prestarse para hacer cualquier trabajo para servir a los demás
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Cuando maduró en la fe, doctrina y en las Reglas del convento, hizo su profesión religiosa en el año 1555, la unión con el Señor le concedía el don de entrar en éxtasis, descansos en el espíritu y de hacer milagros ante la presencia de todos. La eligieron superiora pero renunció, no le interesaba ocupar esos sitios, que ella consideraba para otros. Vivió cuarenta años llenos de vida y santidad, hasta que murió el 5 de abril de 1574. Su cuerpo se mantiene incorrupto en la capilla de santa Catalina.