“SÁLVAME, SEÑOR, Y VIVIRÉ”.
(Poema dedicado a Ezequías, rey de Judá, que cayó enfermo y luego sanó de su enfermedad)
Yo decía:
En la mitad de mis días ya me marcho;
seré encerrado para el resto de mis años
en el lugar adonde van los muertos.
Yo decía: No veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no veré a los habitantes de este mundo.
Mi carpa es arrancada y enrollada
tirada lejos de mí, como una carpa de pastores.
Como un tejedor tú enrollabas mi vida,
y ahora me separas del telar.
y que mi corazón viva para ti,
y mi espíritu, Señor,
porque me habrás sanado, haciéndome revivir!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México