Familia: El gran reto para los jóvenes: vivir los sacramentos.
Una de las expectativas y grandes preocupaciones de los adultos y principalmente de las familias es que los jóvenes sepan vivir con dignidad los sacramentos; la enseñanza de San José padre de Jesús al igual que de los judíos con familia de hijos jóvenes, son un ejemplo de vida; a los doce años eran llevados los jóvenes por primera vez al templo para enseñarles la manera adecuada, correcta de vivir ese encuentro con Dios, así mismo como iban a presentarse en el templo el siguiente que iban a ser considerados como adultos año ante Dios.
San Lucas nos narra: Lc 2:41-42 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. Los niños católicos tienen su educación y preparación para recibir un sacramento, 1 año para que concienticen que valor y significado tienen el sacramento, la Iglesia ora para que sus padres y hermanos mayores cultiven lo ya dado a ese pequeño.
Al ir madurando Jesús intelectualmente, espiritualmente y fisicamente, se sienta en medio donde los rabinos estaban enseñando la Toráh, preguntando dudas sobre el significado de esas narraciones y enseñanza de estos sabios Cfr. Lc 2. 46. Cuando los jóvenes son formados adecuadamente por la Iglesia vemos grandes resultados, pero más cuando les siguen fomentando lo enseñado pen su familia.
Muchos adultos se preocupan porque ven a bastantes jóvenes que dejan mucho que desear cuando están en la celebración de los sacramentos, más visible en el de la santa eucaristía que es el sacramento donde culminan los sacramentos y es común ver posturas inadecuadas, faltas en el rito, displicencia en la celebración, falta de seriedad y comentarios de mal gusto, no conocen que celebra el rito eucarístico y no saben que hacer en cada parte de la celebración.
Muchas ocasiones cuando se ven estos grandes defectos y falta de conciencia en lo que están viviendo y celebrando estos jóvenes, los ojos de los adultos buscan a los padres casi acusándoles de ese comportamiento; se expresaba una mujer de 65 años de edad: es inconcebible que este joven no se hinque en el momento de la consagración y este sentado con pies cruzados como si estuviera en cualquier lugar; un caballero de 68 años veía a varios jóvenes dormidos en la celebración eucarística y oraba para que Dios se compadeciera de ellos; una niña denunciaba a su hermana que toda la celebración estuvo mensajeando con su celular, el hermano mayor de otro joven se la paso diciéndole a su hermano menor: “sácate las manos de las bolsas del pantalón y cruza los brazos”; la madre se pasó toda la misa callando a sus niñas que hablaban, hablaban no respetando a los celebrantes; lo más duro fue cuando una joven irritada con su madre salía de la celebración diciendo: “que por eso le caía gordo la Iglesia”, su mamá como buena cristiana llevaba a sus hijos a la fiesta eucarística y está chica estaba indignada porque la llevaban a misa, pero algo más alarmante: “el ejemplo que ella daba a sus hermanos más pequeños con su actitud”.
El Papa Francisco ha puesto gran parte de su trabajo en los jóvenes, catequistas y maestros de igual manera, sin embargo… la Iglesia debe de tener en cuenta que su lucha será titánica ya que esos mismos jóvenes no recibieron una buena educación cristiana por sus padres, escucharon malos testimonios de muchos adultos católicos e incluso de algunos sacerdotes, pues aun así no se debe de claudicar porque con toda la mala influencia y desde luego de tanta información malversada se puede tener excelentes jóvenes cristianos.
La juventud cuenta con grandes fuentes de información que bien manejadas pueden suplir esa mala formación, Dios no se queda con brazos cruzados y el Espíritu santo sopla con fuerza en la Iglesia; otro factor es que están en plenitud de aprender, sí se orienta y educa evangélicamente los valores evangélicos prevalecerán.
Hoy se ven muchos jóvenes integrados a muchas parroquias, la cercanía del párroco, los orientadores serán esenciales para mantener su unidad y su integración a a la Iglesia.
Los jóvenes tienen un gran reto; vivir los sacramentos, estos no son ajenos a ellos, se prepararon 1 año para la confirmación, un año para la primera comunión, ya recibieron su bautismo, si lo vemos fríamente tienen los sacramentos de la iniciación cristiana, la Iglesia tienen que fomentar, cultivar su verdadero valor de estos sacramentos para que sepan vivir dignamente el de la reconciliación, maravilloso, el del matrimonio si su vocación es ser casado, si su vocación es ser sacerdote que no es remota esa opción y vocación y sí por sí alguna vez tuvieran la necesidad de la unción de los enfermos.
Existe en la actualidad una muy buena estructura para formar en los sacramentos a los jóvenes, buenos programas, buena teología sacramental, medios electrónicos para hacer más evidente y palpable el modo de vivir los sacramentos; para estos jóvenes se necesita una buena pedagogía para hacer más llamativa esta enseñanza, la actualización de los maestros y catequistas es fundamental.
Este reto que tienen los jóvenes también lo comparten sus familias y padrinos, entonces no están solos y no es conveniente dejarlos solos afrontar ese reto, acompañados, conducidos, educados adecuadamente ellos mismos verán grandes avances y logros, pero lo extraordinario que ellos verán y sentirán es la acción de los sacramentos en su vida, verán la presencia real y activa de Cristo Jesús.
La Iglesia es el cuerpo de Cristo y nuestro jóvenes son miembros de ese cuerpo, cuando el cuerpo afronta retos, su cabeza que es parte de ese cuerpo y es Cristo ahí ésta, ¿que será el enseñar a vivir, concientizar y profundizar en la gracia de los sacramentos a nuestros jóvenes, sí lo hacemos todos juntos como una unidad?; el Señor San José y nuestra madre santísima se turbaron con la respuesta de su hijo Jesús cuando empezó a vivir intensamente esa unión con su Padre: Lc 2, 49-50 ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. El joven que va aprendiendo sobre los sacramentos y los vive con conciencia e intensidad tiene la misma respuesta que Dios le da a los jóvenes: Lc 2:52 Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
Así como muchos adultos han visto transformadas sus vidas por el encuentro con Cristo Jesús, su seguimiento y formación s por la que se adhirieron a la Iglesia es lo mismo que puede enfrentar los jóvenes y no están solos eso es una garantía de nuestro Señor Jesús Mt 28, 20: Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” Buen reto para nuestros jóvenes y un buen tutelar de nosotros los adultos para que los jóvenes vivan majestuosamente la presencia de nuestro Señor Jesús en sus vidas.
Agradesco de qnte mano el cotacto con Ud.Este mesaje es interesante para mi porque tengo una hija que alos catoce años formo parte de catequesis en mi pais Peru y ella aprendio en ese tiempo mucho porque crecio sin su padre al lado y los ñiños fueron su refugio.Actualmente tengo una sobrina de 15 años que tambien esta preparado a niños para su primera comunion y solo nos queda a nosotros los padres apoyarlos.Que el Papa Francisco siga trabajando y no solo el sino Ustedes tambien con la bendicion de Dios y mama Mria.