“SIEMBRAN VIENTOS Y COSECHARÁN TEMPESTADES”.
Se han elegido reyes sin que esto viniera de mí; se han dado jefes que yo no conocía. Con su oro y su plata se han fabricado ídolos, y yo se los quitaré.
Le tengo asco a tu ternero, Samaria, y estalla mi cólera contra él. ¿Cuánto tiempo más esperarán para limpiarse,
hijos de Israel? No es un Dios, pues ha sido hecho por un escultor; por eso, el ternero de Samaria se hará cenizas.
Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros.
Efraím multiplicó los altares, pero éstos sólo le han servido para pecar.
Aunque escribiera mil preceptos para él, los consideraría como cosa sin importancia.
¿Acaso quieren ofrecer sacrificios? ¡Que los ofrezcan, pues, y que se coman la carne! Pero Yavé no se siente agradecido por ellos, pues se está acordando de su falta; va a castigar sus pecados y los va a mandar nuevamente a Egipto.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México