Escuchen, jefes de Sodoma
que esto es palabra de Yavé;
presten atención, pueblo de Gomorra,
a las advertencias de nuestro Dios:”
¿Por qué tantos sacrificios en mi honor?
-dice Yavé.
Ya estoy saciado de sus animales,
de la grasa de sus terneros.
No me agrada la sangre de sus novillos,
de sus corderos y chivos.
Si suben hacia mí en peregrinación,
y se agolpan en los patios de mi Templo,
¿quién se lo ha pedido?
Déjense de traerme ofrendas inútiles;
¡el incienso me causa horror!
Lunas nuevas, sábados, reuniones,
¡ya no soporto más sacrificios ni fiestas!”
Odio sus lunas nuevas y sus ceremonias,
se me han vuelto un peso
y estoy cansado de tolerarlas.
Cuando rezan con las manos extendidas,
aparto mis ojos para no verlos;
aunque multipliquen sus plegarias,
no las escucharé,
porque veo la sangre en sus manos.
¡Lávense, purifíquense!
no me hagan el testigo de sus malas acciones,
dejen de hacer el mal y aprendan a hacer el bien.
Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido,
hagan justicia al huérfano y defiendan a la viuda.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México