Billete Celador -Un mensaje para Ti
Guardia de Honor-
El Tesoro, La Perla y la red…
Parroquia de San Pío X
El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
También es semejante al Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases, y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo, saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Mateo 13, 44-50
San Gregorio: Habiendo encontrado una de gran valor… simboliza la dulzura de la vida celestial; quien la encuentra va y vende todo, porque conoce perfectamente, en cuanto lo consiente la posibilidad humana, la dulzura de la vida celestial; en seguida arroja de sí las cosas terrenas que había amado, para que no le impidan alcanzar las celestiales.
Guarda en tu alma la gracia del Señor, esa es la perla preciosa que te dará el reino de los cielos.
En la primera lectura: el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le dijo: pídeme lo que quieras, esta es la oferta de Dios a su predilecto. Salomón le pide la Sabiduría para gobernar bien, en su preocupación por cumplir sus responsabilidades y no defraudar a su pueblo.
Esta Sabiduría para los hombres de fe es un don de Dios; Salomón la obtuvo por medio de la oración. La Sabiduría tiene un objetivo práctico, conducir al hombre con prudencia y habilidad para prosperar en la vida.
Hay de sabiduría a Sabiduría.
La verdadera Sabiduría viene de Dios y es Él, quien da al hombre un corazón capaz de discernir entre el bien y el mal. La sabiduría engañosa a la que atrae la astucia de la serpiente, es la de los escribas que juzgaban con modos humanos, “cambiando en mentira la ley de Yahvé” solapando el pecado. Esta falsa sabiduría es la que ha conducido al hombre a la catástrofe, a la división, a las guerras, al egoísmo… en su obstinación por hacer su voluntad, pero, todo puede cambiar si aceptamos la verdadera Sabiduría. Cumpliendo con sus mandamientos.
La Palabra de Dios es la única fuente de la autentica Sabiduría.
Quien encuentra la Sabiduría se convierte en un observador que ve en todo la mano poderosa de Dios, en un educador nato, que traza reglas para sus discípulos: prudencia, moderación en sus deseos, trabajo, humildad, ponderación, mesura, lealtad de lenguaje… una vida de rectitud y su deseo más grande transmitirla a otros. La sabiduría está asociada a todo lo que hace Dios en el mundo, presente en la creación, ella es quien guía al universo. La sabiduría se manifiesta en forma concreta en la ley y proporciona a los hombres la salvación. La sabiduría es un tesoro superior a todo.
En cumplir la ley de Dios esta la sabiduría
La sabiduría y la vida moral no solo se ejerce en las funciones del apostolado, sino también en toda la vida cotidiana, donde hay que imitar la conducta de las vírgenes prudentes. El hombre pecador debe dejarse crucificar con su sabiduría orgullosa, si quiere renacer en Cristo, si lo hace, adquirirá un nuevo sentido, pues todo lo efectuara bajo la dirección del Espíritu.
Dios comunica la sabiduría a quien le place.
Mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios 1 Cor 1,24
Cristo mismo es la sabiduría, Él es el resplandor de la gloria de Dios y la esfinge de su sustancia. El Hijo es la sabiduría del Padre, como lo es también su Palabra. Esta sabiduría en otro tiempo estaba oculta en Dios, aún cuando gobernaba el universo y dirigía la historia se manifestaba directamente en la ley, ahora se ha revelado en Jesucristo. La revelación de la verdadera sabiduría no se revela a los sabios y a los prudentes sino a los pequeños para confundir a los sabios orgullosos, eligió Dios a lo que había loco en este mundo. Porque la sabiduría cristiana no se adquiere por esfuerzo humano sino por revelación del Padre.
En efecto, yo por la ley he muerto a la ley; a fin de vivir para Dios… Gálatas 2,19
La misma ley prepara al creyente a entrar en una nueva relación con Dios, en una nueva alianza.
Cristo es el tesoro inmensurable y precioso que el hombre puede poseer, por Él, bien vale la pena renunciar al pecado, a la mediocridad… y en cambio hacer su Voluntad. Decía Juan XXIII “la vida es muy sencilla pero la complicamos nosotros”. Cuando obstinadamente vamos contra la Voluntad de Dios.
Cuando oramos repetidamente pedimos bienes materiales, solución a los problemas, salud, bienestar… pero pocas veces pedimos bienes espirituales, sigamos el ejemplo del rey Salomón quien solo pidió sabiduría para poder guiar al pueblo de Dios, bienes con los que podamos ayudar y compartir con nuestros hermanos.
Esforcémonos por cumplir la ley de Dios y tratemos que sea su Palabra quien guie nuestra vida.
Es bueno que nos induzcan a orar por nuestros enfermos, ya sea fisica o espiritual su enfermedad, que Dios nos ayude a todos y a los enfermos les de la fortaleza para sufrir con amor lo que el señor les depare.