De este santo se cuentan dos historias muy fantaseosas, tanto la primitiva, como la más reciente, la primera públicada por miembro del clero lemosino en el siglo VIII, la segunda Por P Adhémar de Chabannes, monje de la abadía Saint-Martial de Lomoges, a principios del Siglo IX.
Su primera vida cuenta: que habiendo sido enviado por San Pedro a convertir a los limosneros, Marcial salió de Roma con dos compañeros, Alpiniano Y Austriciliano. Este último murió en el camino; pero Marcial lo resucito con el bastón de San Pedro, que estaba en su poder y así los tres llegaron a Limoges en buena forma.
Al parecer todo mundo les esperaba para convertirse, Marcial se puso a la cabeza de la nueva comunidad como Obispo, y así es como la Iglesia de Limoges puede vanagloriarse de remontar a los tiempos apostólicos L:C:P:D, lo cual precisa demostrarse.
La segunda vida de Marcial si da datos de su vida de infante y personales, el P. de Chabannes llenó esa vida con la reciente historia; leemos ahí a Marcial primo de San Pedro, siempre había vivido de pequeño con el salvador, era el niño que Jesús mostro a los apóstoles, cuando les decía que tenían que ser como un niño, si querían entrar el el reino de Dios Mt 18, 3; el era también el joven que tenía los 5 panes y 2 peces, en el momento de la multiplicación de los panes Jn 6, 5-11, semejante libro que intentaba naturalmente dar valos a las reliquias de San Marcial, que poseía la abadía del P. de Chabannes y atraer así peregrinos y limosnas.
La realidad es que no se sabe algo concreto de San Marcial, excepto que murió sienso Obispo de Limoges en la segunda parte del siglo III.