Billete Celador -Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
El Primado de Pedro…
Parroquia de San Pío X
Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: “Simón de Juan, ¿me amas más que a éstos?”Le dice él: “Si Señor, tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús: “Apacienta mis corderos” Vuelve a decirle por segunda vez: “Simón de Juan, ¿me amas?” Le dice él: “Si Señor, tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas.” Le dice por tercera vez: “Simón de Juan, ¿me quieres?” Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: “¿Me quieres?” y le dijo: “Señor tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús:”Apacienta mis ovejas”.
Juan 21, 15-17
San Irineo: Todos deben referirse a Roma para autentificar su fe.
Señor tú sabes que te amo. Esta triple confesión que Cristo exige a Pedro, es una compensación a sus tres negaciones y es, a la vez, un rehabilitarle ante sus compañeros, confirmándole en su categoría suprema de pastor de sus corderos. Jesús quiere recalcar que Pedro es, de sus designios salvadores, la piedra angular de su nuevo reino. Y como está investido de una autoridad superior, Jesús exige que le ame más que los otros, por eso le pregunta: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que estos?” El apóstol, avergonzado, responde afirmativamente, y entonces el maestro hace declaración solemne: “Apacienta mis corderos”. En la tercera interrogación, Pedro se entristeció, porque vio en aquella triple interrogación, una triple alusión a su pecado de cobardía. Cristo delega en el apóstol el oficio de Buen Pastor, que Él había ejercido durante su vida terrena. Este poder es potestad verdadera y exclusiva de Pedro.
Ama y obedece al Papa, que es vicario de Jesucristo.
Los Evangelios presentan la profesión de fe de Pedro como algo excepcional, ya que Jesús no le hubiese hecho la promesa si Pedro no hubiera tenido esa fe verdadera con que él debía confirmar a los demás. Pedro, igual que la Iglesia tiene las llaves del Reino. Por lo tanto habrá que estar en comunión con Pedro (Papa), mantener relaciones fraternales con las demás comunidades cristianas que lo aceptan como cabeza indispensable de comunión universal, para recibir las gracias que Dios tiene reservadas para su pueblo. Pedro era el testigo supremo de la fe y de la unidad, no el jefe que manda y gobierna. Es el mismo Jesucristo la piedra angular y la piedra fundamental. En relación a él, Pedro es la piedra visible. Pedro y su sucesor el Papa, son la piedra fundamental de toda la Iglesia, los apóstoles y los obispos integran ese fundamento en la Iglesia. No es posible estar fundamentado en Cristo sin estarlo también en el Papa y demás episcopado. Nosotros también somos piedras vivas del templo o casa de Dios.
Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mt. 16,18
Así como Jesús edificó su Iglesia sobre Pedro y su sucesor el Papa, así también lo hace Jesús con cada uno de nosotros. Todos estamos llamados a seguir el ejemplo de Jesús el Buen Pastor. Cualquiera que sea nuestra labor como, coordinador de una pequeña comunidad, encargado de algún ministerio, catequista, servidor en la iglesia, jefe de familia, etc.… nuestro compromiso será el de guiar, amar, conocer y alimentar espiritualmente a cada una de las ovejitas que Dios ha confiado a nuestro cuidado como lo haría el mismo Jesús; de tal manera que a la par, juntos, lleguemos a la talla de Jesús; especialmente nuestra labor será también motivarlos para que se acerquen más a Dios, al mejor alimento que será siempre la Eucaristía, la Palabra de Dios, los Sacramentos, la oración y sobre todo que ninguna de nuestras ovejitas , se pierda del redil. En nuestra vida diaria, también encontramos en nuestro camino a personas sedientas de Dios que necesitan de alguien que les guie o acerque a nuestro Señor, seamos nosotros también a ejemplo de Pedro testigos de fe y unidad. Cristo habla y actúa por medio de sus apóstoles o por medio de los signos eclesiales, que son siempre pobres; Cristo se acerca como cuando se acercaba a los pobres, enfermos y niños; el riesgo es que a veces nos parecen tan pobres que hasta nos escandalizamos y creemos poco en ellos, pero, es Cristo el que nos guía a través de ellos, aceptemos ser guiados y confiemos que es Cristo mismo el que se hace presente a través de sus sacerdotes… No obstante Cristo dormía en la pobre barca de Pedro, que hace imposible que esta se hundiera en la tempestad incalmable; es la fuerza, el poder de Dios el que actúa.
Oremos para que actuemos como verdaderos testigos de Cristo para que nuestro servicio a Dios se realice con fe, amor y respeto hacia los demás.
Oremos por las necesidades del P. Eduardo Contreras y P. Juan Rodríguez.