La Gracia de la Humildad
Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina
Esta sed insaciable de estima,
Esta apremiante necesidad de que todos me quieran.
Mi corazón esta amasado de delirios imposibles.
Necesito redención.
Misericordia, Dios mío,
No acierto a perdonar,
Al rencor que me quema,
Las críticas me lastiman,
Los fracasos me hunden,
Las rivalidades me asustan.
Mi corazón es soberbio.
Dame la gracia de la humildad,
No sé de donde me vienen
Estos locos deseos de imponer mi voluntad,
Eliminar al rival,
Dar curso a la venganza.
Hago lo que no quiero.
Ten piedad, Señor,
Y dame la gracia de la humildad.
Gruesas cadenas amarran mi corazón:
Este corazón echa raíces,
Sujeta y apropia cuanto soy y hago,
Y cuanto me rodea.
Y de estas apropiaciones
Me nace tanto susto y tanto miedo.
¡Infeliz de mí, propietario de mi mismo!
¿Quién romperá mis cadenas?
Tu gracia, mi Señor pobre y humilde.
Dame la gracia de la humildad.
La gracia de perdonar de corazón.
La gracia de aceptar la crítica y la contradicción,
O, al menos de dudar de mi mismo
Cuando me corrijan
Dame la gracia
De hacer tranquilamente la autocritica
La gracia de mantenerme sereno
En los desprecios, olvidos e indiferencias;
De sentirme verdaderamente feliz en el anonimato;
De no fomentar autosatisfacciones
En los sentimientos, palabras y hechos.
Abre, Señor, espacios libres dentro de mí
Para que lo puedas ocupar tú y mis hermanos.
En fin, mi Señor Jesucristo;
Dame la gracia de ir adquiriendo paulatinamente
Un corazón desprendido y vacío como el tuyo;
Un corazón manso, paciente y benigno.
Cristo Jesús, manso y humilde de Corazón,
Haz mi corazón semejante al tuyo
Amén.
GRACIAS SEÑOR POR TU AMOR Y MISERICORDIA, DAME LO QUE NECESITO PARA PODER CUJMPLIR TU VOLUNTAD GRACIAS SEÑOR
BENDICE Y PROTEGE AL PAPA FRANCISCO NUESTROS SACERDOTES Y RELIGIOSOS A NUESTRA HERMANA PATY MARTINEZ ILUMINALA SIEMPRE SEÑOR Y BENDICE A TODOS LOS COLABORADORES DE ESTA BENDITA PAGINA GRACIAS SEÑOR
Una Oración muy sencilla que diariamente he comenzado a rezar desde que amanece o cada que veo un Cristo es: “Dulce y buen Señor Mío, enséñame a ser humilde y bondadoso, a imitar tu ejemplo, a amarte con todo mi corazón y a seguir el camino que me ha de llevar al Cielo junto a Ti”, Amén. La aprendí en los Scout. Esta otra oración que pide la gracia de la humildad, me invita a profundizar y detallar esos aspectos de mi persona y de mi corazón que necesitan ser iluminados y cambiados por la gracia de Dios. Gracias Paty Martínez por compartirla. gracias Evangeliza Fuerte, Dios los llene de bendiciones.