Del libro del Profeta Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62. Lunes 7 de Abril de 2014.

Del libro del Profeta Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62. Lunes 7 de Abril de 2014.

Del libro del Profeta Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62. Lunes 7 de Abril de 2014.

“LA INOCENCIA DE SUSANA”.

susana-acusada-de-adulterioVivía en Babilonia un hombre que se llamaba Joaquín.
Estaba casado con una mujer llamada Susana,[b] hija de Hilcías, que era muy bonita y respetuosa del Señor.
Sus padres eran rectos y la habían educado de acuerdo con la ley de Moisés.
Joaquín era muy rico, y junto a su casa tenía un jardín con árboles. Y como era el hombre más importante de todos, los judíos tenían la costumbre de reunirse en su casa.
Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos del pueblo. Pero eran de aquellos de quienes dijo el Señor: “La maldad apareció en Babilonia por obra de ancianos y jueces que solo en apariencia guiaban al pueblo.”[c]
Estos hombres iban con frecuencia a la casa de Joaquín, y todos los que tenían algún pleito acudían a ellos.
A mediodía, cuando la gente se iba, Susana acostumbraba a salir de paseo al jardín de su esposo.
Los dos ancianos, que todos los días la veían salir a pasear, se llenaron de pasión por ella
y tuvieron pensamientos perversos; no volvieron a tener en cuenta a Dios ni se acordaron de lo que es la rectitud.
En cierta ocasión, mientras esperaban el día oportuno, Susana fue al jardín, como de costumbre, acompañada solamente de dos muchachas. Y tuvo deseos de bañarse en el jardín, porque hacía mucho calor.
Fuera de los dos ancianos que estaban escondidos espiándola, nadie más había allí.
Susana dijo a las muchachas: “Traedme aceite y perfumes, y cerrad las puertas del jardín, porque voy a bañarme.”
OLYMPUS DIGITAL CAMERAApenas salieron las muchachas, fueron corriendo los dos viejos hacia ella
y le dijeron:
–Mira, las puertas del jardín están cerradas; nadie nos ve. Estamos llenos de pasión por ti; acepta y entrégate a nosotros.
De lo contrario, te acusaremos de que un joven estaba contigo y que por eso mandaste salir a las muchachas.
Susana se echó a llorar y dijo:
–¡No tengo elección! Si hago lo que vosotros me proponéis, seré condenada a muerte,[d] y si me resisto, no podré escapar de vuestros manos.
Pero prefiero resistirme y caer en vuestras manos, antes que pecar contra el Señor.[e]
Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas, y también los dos viejos gritaron.
Uno de los dos corrió y abrió las puertas del jardín.
Al oir que gritaban en el jardín, la gente de la casa vino corriendo por la puerta lateral para ver qué sucedía.
Y cuando los viejos contaron su historia, la gente del servicio se llenó de vergüenza, porque nunca habían oído decir cosa semejante de Susana.
Al día siguiente, cuando el pueblo se reunió en la casa de Joaquín, el esposo de Susana, vinieron los dos viejos con el malvado plan de hacer que la mataran.
Y dijeron delante del pueblo: “Mandad traer a Susana, la hija de Hilcías y esposa de Joaquín.” Y la hicieron venir.
Ella se presentó acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes.
Pero todos los de su familia, y sus amigos, y todos los que la veían, lloraban.
Entonces los dos viejos, de pie en medio de la gente, pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.[f]
Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque en su corazón confiaba en el Señor.
Los viejos dijeron: “Mientras estábamos solos, paseando por el jardín, llegó esta mujer con dos muchachas, hizo cerrar las puertas del jardín y despidió a las muchachas.
Inmediatamente se acercó un joven que había estado escondido, y ella se le entregó.
Nosotros estábamos en un rincón del jardín, y cuando vimos esta maldad fuimos corriendo a donde ellos estaban.
Los vimos abrazados, pero no pudimos atrapar al joven, porque era más fuerte que nosotros y abrió las puertas y se escapó.
Entonces la agarramos a ella y le preguntamos quién era ese joven,
pero no nos lo quiso decir. Esto lo declaramos como testigos.”
El pueblo que estaba reunido les creyó, pues eran ancianos del pueblo y además jueces. Así que la condenaron a muerte.

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Intervención de Daniel
Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas: “¡Dios eterno, que conoces las cosas ocultas,[g] que sabes todo antes de que suceda,
tú sabes que estos hombres han declarado falsamente contra mí! ¡Mira que voy a morir, a pesar de no haber hecho ninguna de las cosas que han inventado contra mí estos malvados!”
El Señor escuchó los gritos de Susana.
Y mientras la llevaban para matarla, Dios despertó el espíritu santo de un joven que se llamaba Daniel,[h]
el cual gritó con todas sus fuerzas:
–¡Yo no me hago responsable de la muerte de esta mujer!
Todos se volvieron hacia él, y le preguntaron:
–¿Qué significa eso que acabas de decir?
Él se puso en medio de ellos y les dijo:
–¿Tan tontos sois, israelitas, que condenáis a una mujer de nuestro pueblo sin averiguar ni examinar bien el asunto?
Volved al juzgado, porque lo que estos hombres han declarado contra ella es mentira.
Entonces todo el pueblo volvió rápidamente. Y los otros ancianos dijeron a Daniel:
–Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, pues Dios te ha dado el mismo derecho que a los ancianos.
Daniel les dijo:
–Separad a buena distancia a los dos viejos, y yo les haré un interrogatorio.
Los separaron, y entonces mandó llamar a uno y le dijo:
–Viejo en años y en maldad, ahora van a recaer sobre ti los pecados que cometiste en otro tiempo,
cuando dictabas sentencias injustas condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, a pesar de que el Señor ha dicho: ‘No condenes a muerte al hombre inocente y sin culpa.’[i]
Bueno, si de veras la viste pecar, dinos debajo de qué árbol los viste juntos.
Él respondió:
–Debajo de un castaño.[j]
Daniel le dijo:
–¡Muy bien! Dijiste una mentira que va ser tu perdición. ¿Conque debajo de un *castaño*? ¡Pues el ángel de Dios ya recibió de él la orden de *castigarte* partiéndote en dos!
Entonces mandó que se llevaran a este y trajeran al otro viejo. Y le dijo:
–¡Hombre de la raza de Canaán,[k] y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón!
Así es como veníais haciendo con las mujeres de Israel,[l] y ellas, por miedo, se os entregaban. Pero esta mujer de la tribu de Judá no quiso consentir en vuestra maldad.
Ahora dime, ¿debajo de qué árbol los sorprendiste juntos?
–Debajo de una encina[m] –respondió él.
Y Daniel dijo:
–¡Muy bien! Tú también dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de una *encina*? ¡Pues el ángel de Dios está esperando, con la espada lista, para dejártela caer *encima* y rajarte por la mitad! ¡Así va a mataros a los dos!
Entonces todo el pueblo reunido alzó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que confían en él.
Y como Daniel hizo que los dos viejos mostraran por su propia boca que habían declarado falsamente, todos se volvieron contra ellos y les aplicaron el mismo castigo que ellos, en su maldad, pensaban aplicar a Susana:
de acuerdo con la ley de Moisés,[n] los mataron. Y así aquel día se salvó la vida de una persona inocente.

Biblia Dios nos habla hoy, edición 2000*/ Biblia del Lenguage Sencillo
En las biblias digitales no existen los capitulos 13 y 14 de Daniel??? en las impresas sí existen ????

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2 Comentarios

  1. Jane Sendale Carrúm C

    GRACIAS SEÑOR PORQUE TU HACES LA JUSTICIA AL JUSTO. CUIDANOS DE LAS FALCEDADES Y FALSO TESTIMONIO
    BENDICE Y CUIDA AL PAPA FRANCISCO DE LAS ACECHANZAS DEL DEMONIO YIGUAL A NUESTROS SACERDOTES RELIGIOSOS Y A NUESTRO HERMANO RAMON GONZALEZ Y COLABORADORES DE ESTA BENDITA PAGINA GRACIAS SEÑOR SAL A NUESTRO ENCUENTRO

    Responder
  2. Socorro Martínez

    Gracias a este testimonio, podemos comprobar la fidelidad de nuestro Dios, para aquellos que siguen sus preceptos, nunca nos dejara que las manos del hombre inicuo los aplaste. Gracias mi Dios, por sentirme tan protegida por tu amor.

    Responder

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