Del libro de los Números 21,4-9. Martes 8 de Abril de 2014.
“SI ALGUNO ERA MORDIDO Y MIRABA LA SERPIENTE DE BRONCE, QUEDABA CURADO”.
Dejaron el monte Hor por el camino del mar de Suf para rodear el territorio de Edom. En el camino el pueblo perdió la paciencia
y murmuró contra Dios y Moisés: “¿Por qué nos hicieron subir de Egipto para que muramos en el desierto sin pan y sin agua? ¡Ya estamos aburridos de esta comida sin gracia!”
Entonces Dios mandó contra el pueblo serpientes-ardientes. Muchos de los israelitas murieron por sus mordeduras.
El pueblo fue a ver a Moisés y le dijo: “Hemos pecado, hemos murmurado contra Yavé y contra ti. Ruega a Yavé por nosotros, para que aleje de nosotros las serpientes. Moisés oró por el pueblo,
y Yavé le dijo a Moisés: “Hazte una serpiente-ardiente y colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará.
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México