La gracia del Trabajo
Desde pequeño, Señor Jesús, en un taller de artesano
Ganaste el pan con el sudor de tu frente.
Desde entonces el trabajo adquirió
Una alcurnia noble y divina.
Por el trabajo nos convertimos en compañeros
Y colaboradores de Dios
Y en artífices de nuestra historia.
El trabajo es el yunque
Donde forja el hombre su madurez y grandeza,
La harina con que amasa el pan de cada día.
Lo material, al pasar por las manos del hombre,
Se transforma en vínculo de amor.
Hazme comprender, Señor,
Cuánto amor entregan los que confeccionan ropa, tejen, siembran trigo, barren y venden sus productos en las calles, construyen y arreglan desperfectos de las casas, cocinan…todo trabajo.
Danos la gracia, Señor,
De ofrecerte el trabajo cotidiano
Como un gesto litúrgico.
Como un acto de amor a Ti
Para gloria tuya y servicio de los hermanos.
Amén.