Que siempre sea tu Amor el que hable a mi corazón.
Altísimo Señor, de donde proviene todo cuanto existe,
Sea tu nombre glorificado siempre.
Con espíritu de fe y con una verdadera esperanza
Me a cerco a Ti con amor reverente,
Aun conociendo mi indignidad,
Pero deseoso de ser verdad ante ti que eres Eterna Verdad.
Aumenta, ¡ Oh Padre clementísimo!
En mi frágil caridad.
Imprime, ¡Oh Deidad Omnipotente!
En mi ser el deseo de la perfección.
Háblale en lo íntimo de su ser al hombre pecador,
Para que su corazón sea encendido en tu Amor
Y esté siempre Abierto a hacer tu santísima Voluntad,
Para que siempre busquemos ser vivificados en tu eterna Verdad.
Te entrego, ¡Oh Padre de mi Redentor!
Mi amor y voluntad, para vivir siempre en tu Presencia
Y realizarme dentro de tu Corazón paternal.
Tú eres la única y eterna Verdad,
Pues, eres el que eres y, aún siendo lo que solo Tú eres,
Buscas ser amado por el hombre.
Señor, que tu búsqueda de amor no sea despreciada.
Sino que, en el morir de cada día,
Permanezcamos fieles al misterio de amor,
Para que siempre seamos alabanzas de tu Gloria.