A Jesús, dulce Señor
Jesús, mi dulce Señor, te amo tanto, ayúdame a ser como quieres que sea.
Soy tan pequeño y pobre, pero Tú, Jesús, que eres mi Señor, puedes ayudarme, a convertirme. Deseo estar siempre unido a ti, como el sarmiento a la vid, y deseo que mis hermanos te conozcan y amen.
Jesús, dulce Señor, tu bondad es inmensa, deja que la alegría y la seguridad de ser hijo de Dios se lean en mi rostro. Cuando te reciba en mi corazón, dame tu paz, déjame sentir que estás conmigo, para enfrentar juntos el día que deseo vivir como un regalo tuyo.
Jesús, mi dulce Señor, necesito de tu gracia para parecerme más y más a ti, necesito de tu amor para vencer el egoísmo.