Del 1er libro de Samuel 9,1-4.10.17-19;10,1. Sábado 18 de Enero de 2014.
“ÉSTE ES SAÚL, EL HOMBRE QUE GOBERNARÁ A MI PUEBLO”.
Había un hombre de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorat, hijo de Afíaj. Era un benjaminita y hombre bien situado.
Tenía un hijo llamado Saúl, joven aventajado y apuesto. Nadie entre los israelitas le superaba en gallardía; de los hombros arriba aventajaba a todos.
Se habían extraviado unas asnas pertenecientes a su padre Quis. Dijo Quis a su hijo Saúl: “Toma contigo uno de los criados y vete a buscar las asnas.”
Atravesó la montaña de Efraín, atravesó el territorio de Salisá y no encontraron nada; cruzaron el país de Saalín, pero no estaban allí; cruzaron el país de Benjamín y no encontraron nada.
Saúl dijo a su criado: “Tienes razón; vamos, pues.” Y se fueron a la ciudad donde se encontraba el hombre de Dios.
Y cuando Samuel vio a Saúl, Yahvé le indicó: “Éste es el hombre del que te he hablado. Él regirá a mi pueblo.”
Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta, y le dijo: “Indícame, por favor, dónde está la casa del vidente.”
Samuel respondió a Saúl: “Yo soy el vidente; sube delante de mí al alto y comeréis hoy conmigo. Mañana por la mañana te despediré y te descubriré todo lo que hay en tu corazón.
Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: “¿No es Yahvé quien te ha ungido como caudillo de su heredad? Tú regirás al pueblo de Yahvé y le librarás de la mano de los enemigos que lo rodean. Y ésta será para ti la señal de que Yahvé te ha ungido como caudillo de su heredad.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México