Del 1er libro de Samuel 15,16-23. Lunes 20 de Enero de 2014.
“LA OBEDIENCIA VALE MÁS QUE EL SACRIFICIO. EL SEÑOR TE HA RECHAZADO COMO REY”.
Entonces Samuel dijo a Saúl: “¡Basta! Voy a comunicarte lo que me dijo Yavé esta noche”. Saúl le dijo: “Habla”.
Samuel le dijo: “¿No te convertiste en jefe de las tribus de Israel? ¿No te consagró Yavé como rey de Israel cuando eras tan poca cosa a tus propios ojos?”
Yavé te había confiado una misión, te había dicho: Anda, condena al anatema a los amalecitas; harás la guerra a esos pecadores hasta exterminarlos.
¿Por qué no hiciste caso a las palabras de Yavé? ¿Por qué te abalanzaste sobre el botín? ¿Por qué hiciste lo que es malo a los ojos de Yavé?
Saúl respondió a Samuel: “Hice caso a la voz de Yavé, hice una expedición por donde Yavé me había mandado. Capturé a Agag, rey de Amalec, y condené a Amalec al anatema.
Pero el pueblo separó del botín lo mejor del ganado menor y mayor. Lo excluyó del anatema para ofrecérselo a Yavé tu Dios en sacrificio, en Guilgal”.
Samuel le contestó: “¿Piensas acaso que a Yavé le gustan más los holocaustos y los sacrificios que la obediencia a su palabra? La obediencia vale más que el sacrificio, y la fidelidad, más que la grasa de los carneros.
La rebelión es un pecado tan grave como la brujería; la desobediencia es un crimen tan grave como la idolatría. ¡Ya que rechazaste la palabra de Yavé, Yavé te echa de la realeza!”
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México