Jesús, de rico a pobre y el hombre, de pobre a rico.
El Padre Ignacio Larrañaga habla en su libro: el pobre de Nazaret, de Jesús, siendo tan rico se hace pobre y Giovanni Papini cita en su obra Jesús de Nazaret la pobreza de Jesús para que el hombre se haga rico; un hombre tan pobre azotado por todas sus inclinaciones y pasiones, haciéndolo caer a muchos tan bajo que parecerían animales o menos que basura, una indignidad cubriendo su faz que no se puede sostener y sin embargo…San Pablo cita en Romanos: 8:17 Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, si compartimos sus sufrimientos, para ser también con él glorificados. ¿Pero quién devolvió su dignidad de hijos?, ¿quién le devolvió la riqueza espiritual perdida?, ¿Jesús?
Jesús afirma: Mt 28:18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. ¡De qué es dueño?, ¿será del hombre también?, ¡desde luego!, ¿y de qué le sirve saber que él es el dueño de todo?, ¿qué haría sí su padre fuera tan rico?, ¿cómo viviría?, ¿usted, no gozaría de esa riqueza?; el hombre lo reconoce, pero le gusta experimentar otras cosas y se va tras quimeras y fantasías: Jn 12:13 tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, y el rey de Israel!”. ¡Rey de todo el mundo!, visible e invisible, se despojo de su riqueza y tomo la naturaleza humana, limitada, corrompible; Pilato le pregunta que sí él es rey: Jn 18, 37: Respondió Jesús: “Sí, como dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.” ¿Un rey qué todo lo puede?, ¿cómo se imagina a un rey?, ¿palacios, riquezas, vasallos, realeza, lujo, poder?
El apocalipsis muestra esa majestuosidad de poder: Ap 19:16 Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores. Unos gritaban incitados por los principales del pueblo:”que les dieran a Barrabas”, asesino, ladrón, revoltoso, inmundo, ¿será lo que se merece el hombre?, Jn 18:40 Ellos volvieron a gritar diciendo: “¡A ése, no; a Barrabás!” Barrabás era un salteador. ¿Qué espera el hombre en este adviento?, ¿qué le vaya mejor en su trabajo, qué obtenga mayor cantidad de dinero, lograr la compra de una casa y un coche?, ¿por qué no en primer lugar la riqueza espiritual?, que… ¿esa no sirve para nada?, ¿no le importa a usted la salvación?, ¿no le interesa su alma?, ¿para qué celebra este 25 de diciembre el nacimiento de Cristo Jesús?
Sí le preguntará usted a un enfermo de cáncer que le va a donar un millón de pesos para que goce sus últimos momentos ¿a dónde lo mandaría a usted ese enfermo?, Imagínese que usted tenga a un hijo en la cárcel sentenciado por 20 años y le dijera uno, le voy a dar una casa para que usted tenga menos pena, quizá un materialista diga: bueno, la vendo y le hago la lucha de sacar a mi hijo de la cárcel, otro dirá: bueno, pues ya tengo asegurada la vivienda por sí mi hijo no sale y no andar rodando y rodando, otra quizá diga: ¡dame a mi hijo mejor!; los judíos tienen la idea de que la riqueza es la bendición de Dios, ¿los pobres entonces qué relación tienen con Dios?, ¿son maldecidos?; uno con el corazón inflamado por la palabra le dijo a Jesús: “te seguiré a donde vayas”, Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» cf. Lc 9, 57-58. ¿Para qué seguir a Jesús sino da dinero o soluciona mis problemas?, ese sería un pensamiento de un hombre del siglo XXI.
¡No mis amigos!, se hizo pobre para que nosotros fuéramos los más ricos del mundo: hijo de Dios, salvado, vivir consciente en adelante, recobrar la espiritualidad, ser feliz, hacer felices a los que viven alrededor de mí, estar en amistad con Dios, tener una morada en cielo, vivir el reino con Cristo Jesús y por último el haber recobrado la libertad que el pecado había esclavizado la vida. ¿Le parece poco?, podemos dar más razones, se hizo pobre para devolver la lucidez de su mente, ejercitar su corazón en el amor y a morir al egoísmo, para que tuviera vida en abundancia integralmente en su vida y la oportunidad de una vida nueva, ¿no le satisface?, ha muerto para que usted se enseñe a perdonar, para ser un transformador de vidas, claro si usted quiere hermano, a vivir las virtudes teologales (fe, esperanza y amor) y lo más extraordinario amar a Dios, ¿quiere más?, no es utopía. Al contrario hay muchos testigos, otros gustosos fueron a Jerusalén a preguntar: ¿dónde está el rey de los judíos?
La mente equilibrada de Jesús y en control de su ser carnal, Jesús se encariña con la gente, con los hombres, con el ser humano no con lo material, ¿de qué sirve tener toda la riqueza del mundo sí no hay plenitud?; la riqueza de Jesús tiene un enfoque totalmente distinto, no se preocupa del alimento pues a fin de cuentas no es lo más importante cf. Dt 8, 3. Recordemos que México tiene uno de los hombres más ricos del mundo, el día que se muera no abra pompas, trompetas en el cielo, no abra bombos, simplemente se le cuestionará que tanto amó y quizá toda esa fortuna en ese momento la quisiera utilizar para comparar un pedazo de cielo pero no, la vida no es así; imagínese que Jesús le dijera a este hombre o hermano, vende todo y dalo a los pobres, sígueme, ¿cree que lo haría?, ¡no!, no está en su mente, es como aquel político que fue presidente de esta ciudad, como le gustaba embriagarse después de sus labores o en actos públicos que después terminaban en noches en la cama con varias chicas que le complacían en todo, ¿cree que cambiaría todo eso por seguir a Jesús?, desgraciadamente todos tenemos que ir a juicio, crea o crea.
¿Qué esperamos para este 25 de diciembre?, ¿a quién le ha nacido el mesías?, ¿qué hay de cierto?, quizá se lleve una agradable sorpresa y vea que todo por lo que ha luchado y esforzado solo ha sido vano y si fruto.
Podemos concluir algo muy sencillo: “valoremos lo que tenemos”, valoremos nuestros bienes materiales, valoremos lo que representan en la actualidad, veamos a nuestra familia, echemos una vista a nuestro alrededor y analicemos lo que hemos transformado y atrévase a preguntarse: ¿soy pobre o rico?, ¿para qué sirve esto?, ¿qué papel juega Dios en mi vida?, ¿Dios me ha hecho feliz?, ¿Jesús siendo pobre me hizo rico a mí?, ¿para qué celebro las posadas, mera tradición?, ¿para qué escucho canticos de villancicos y planeo una rica cena de navidad?, ¿cómo está su corazón para acoger en su posada al salvador?, ¿cómo está su mente para aceptar al mesías?, ¿cómo está su cuerpo para vivir con Jesús?; por último: imagínese a un pobre que habita con su familia (hijos pequeños) en una casa de lamina negra, sin servicios básicos, ¿cómo cree que espere a Jesús?, él no sabe lo que Jesús le tiene destinado como riqueza, no sabe si uno de sus hijos va a llegar ser presidente de la nación, quizá un suceso le cambie la vida, lo que es seguro es que Jesús comprende su pobreza y lo hará rico y un hermoso regalo para él es que le muestren a Dios y que hay esperanza para un futuro mejor, no es teletón, no es algún evento de beneficencia social, no es un estado de vida y de riqueza constante que ofrece Dios y se lo ofrece a través de Jesús, por eso dice Jesús: “nadie puede ir al Padre si no es a través de él”, nadie es rico sí no lo hace Jesús, atrévase a pedir esa riqueza que le tiene destinado en este tiempo del kairos de Dios. “Juan el bautista grita: el tiempo está cerca preparen en camino del Señor.”
En esta vida no hay nada más importante que Jesús, EL es el único camino para ir al cielo y le tenemos que estar eternamente agradecidos y entregarle nuestra vida cada día.
Gracias Jesucristo por venir a rescatarnos.