SAN MARTIN DE PORRES
Etimológicamente significa “dios de la guerra”. Viene de la lengua latina.
Nació en Lima, Perú el día 9 de diciembre en el año de 1579. Su padre era un noble español castellano, y su madre Ana, una esclava de Panamá.
El padre no quiso reconocerlo como hijo suyo al principio pues estaba en juego su posición que guardaba él. Martín conocido también como fray escoba tuvo que soportar durante su vida la vergüenza de ser hijo ilegítimo.
Comenzó sus estudios en la ciudad de Lima donde nació. Adquiere los conocimientos científicos y literarios, san Tomás Toribio de Mogrovejo fue quién lo educó y formo en la cultura y la fe cristiana comprometida.
La gran inquietud de Martín en iniciarse en la vida religiosa, toma un aspecto muy peculiar pues el pide se le permita entrar dentro de la orden de los dominicos buscando el puesto más pequeño, en este caso como hermano lego.
Dentro del convento de la orden de los dominicos laboraba en todo lo que se le mandase, se le veía por las calles compartiendo el pan con los pobres. Por esta razón todo el mundo le llamaba “fray (hermano) Martín de la Caridad”.
Antes de incursionar en la vida religiosa trabajaba como enfermero en la comunidad. Para todos tenía un trato especial y era apreciado por muchos a pesar del color de su piel. Pero su amor le hizo ir a la calle para consolar al triste y a los enfermos. Los cuidaba y recibía en la misma comunidad.
Tenía tal sensibilidad que pocos tienen, día tras día amando a los perros y a los animalitos creados por Dios, los gatos y patos. Por este amor a los animales se ganó el aprecio y la estima de todos los indios.
Su generosidad no tenía limites, pues al ver las deudas del convento, él mismo se ofreció al superior para que lo vendiera como esclavo y resarcir así la deuda y al parecerle una locura al superior, Martín en secreto lo hace, de modo que causa escándalo al gobernador que le entrega la cantidad que ofrecieron por él
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El dijo estas palabras: ”Quiero ser útil a la comunidad al menos en algo”.
Gran parte de la noche la pasaba haciendo oración, en el día cuidando a los pobres y enfermos, Dios se manifestó a través de él haciendo muchos milagros. Juan XXIII dijo en 1962: “Este santo varón, con su ejemplo, atrajo a mucha gente a la religión, y nos hace elevar nuestra mente al cielo”.
Murió en Lima en 1639.
