Evangelizar y formar a los fieles, vital para la Iglesia.
La Iglesia tiene la buenaventura de poner en práctica y aplicar el depósito que Jesús ha dejado en la Iglesia: “la fe”; lo que unos ven como derrota, la Iglesia la ve como el resumen de un proceso de 2000 años de madurez y el papa Francisco citó unas palabras motivadoras que afirman esa labor: 54. Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales.
El tesoro espiritual que tiene la Iglesia de tanto hombre que fue agraciado por Cristo Jesús hoy nos va a llevar a discernir la forma de aplicar las acciones evangelizadoras y de formación en los fieles sedientos pero a la vez que no quieren compromiso, nuestras familias no han inyectado el amor a Dios y mucho menos entender la salvación de nuestro Señor Jesús.
Un joven que recién fue evangelizado (esto no quiere decir que no estuviera bautizado), con sumo asombro se dio cuenta del gran tesoro de la fe que tiene depositado la Iglesia y dijo: unos amigos me llevaron a una iglesia que no era católica, según dijeron que era muy bonito y que había una gran sinceridad, además que ahí iba una chiquilla que me gustaba, acudí a dos o tres reuniones pero aun en mí ignorancia notaba un vacío, añoraba algo; ciertamente, lo reciben bien, de manera personal, ¿será que eso le falta hacer al sacerdote?, me dieron una especie de programa y por allí me aceraron una especie de librillo para dar inicio con la oración, nada raro, porque también en la Iglesia nos dan una hojita de entrada con el programa de la liturgia.
Entraron en oración, canticos y fue subiendo el frenesí, ¡casi media hora en esa parte me dije! Y yo que me quejo de lo que dura la misa, en eso, se presenta un hermano en el ambón con la proclamación de la palabra de Dios, “solemnidad”, ¡muy bien! y luego casi media hora también de un sermón, el pastor después hace una conclusión, las promesas de una salvación por ser la iglesia elegida, dan gracias a Dios y posteriormente viene una despedida, ¡una hora y media en total!, ¡qué aburrido! Ya no alcance ir a jugar futbol, lo único que me consoló era que vi a la chavita que me gustaba, claro ella no lo sabía y ahí estos amigos me la presentaron, ¡qué maravilla!, conocí a sus padres era el pastor y su madre una dama muy saludada.
Fascinado me quede observando cómo abandonaban el lugar, que alegría sentía, pero… un momento, les cambiaba el rostro ya en la calle, serios, solemnes, ¿qué pasa?, ¿qué no se saludaban y platicaban todos como hermanos?, ¿se van de la iglesia y cambia su aspecto y actitud afuera?, de pronto, me acorde de unas palabras que tantos años escuche en misa: “en la alegría del Señor hagamos realidad lo que hemos celebrado”; ¿entonces son religiosos solamente dentro de la iglesia?, ¿deberían de ver a todos los hombres con amor y no solo a los suyos?, ¿qué no están igual que los de la Iglesia católica? Y recordé que algunas ocasiones que salíamos de misa con mis padres íbamos muy contentos por la calle y esta nos compraban algún alimento y de repente me pregunté: ¿qué busco en esta iglesia?, ¿algo qué no hay haya en la mía?, ¿es solamente la chavita?, en ese instante tocaron mi hombro, era una tía que me dijo: ¿Carlos, que haces, a dónde vas?, turbado solo dije: aquí dando la vuelta y ¿usted a dónde va?, ella me dijo: estoy en un retiro aquí en la parroquia, salí porque me llamaron al celular de la casa y busco un teléfono, le preste el mío y de igual manera mis primos preguntaban lo mismo: ¿dónde andas mami? y les dijo en un retiro, llego a las 8.00 de la noche y me dijo: acompáñame, está muy bonito, apenas va iniciar y algo paso que me fui con mi tía a la parroquia y oh sorpresa, estaba en algo que no conocía, muy diferente, Dios me trasladaba e un lugar a otro, ¿para qué?, Carlos encontró la respuesta.
Los fieles católicos, que se han ido de su Iglesia es por una súper ignorancia de su fe, no la conocen, una tremenda carencia de formación porque nunca la han recibido, nunca tienen tiempo ya en edad consciente, una tétrica religiosidad alimentada de tradición que ellos convenencieramente adaptaron para negociar con Dios y por último seducidos por la falta de un compromiso con la Iglesia, ahora que están en otra dicen que han descubierto la verdad y que ahí conocen a a Dios, ¿qué el Dios de los católicos es distinto al que ahora profesan?, ¿qué la Iglesia no vive en la verdad?, no amigos, no nos engañemos, no justifiquemos del porque se han ido, lo que sí es seguro que no conocían la fe.
Sí, una gran mayoría de católicos están bautizados pero nunca vivieron su nueva vida espiritual, nunca supieron que habían nacido a la vida en Dios y papas y padrinos y parte cómplice de la Iglesia dejaron que creciéramos como salvajes en la fe; la familia, la célula esencial de la sociedad no supo vivir la fe, entonces… hoy se requiere que la Iglesia en comunión con el cuerpo místico de Cristo Jesús apliquen de manera eficiente dos acciones como inicio:
Primera tarea:
Llevar a cada fiel bautizado y no bautizado a que tenga su encuentro personal con Cristo Jesús, solamente conociendo a Dios, se puede empezar amarlo, a sentirlo como Padre, a vivir la experiencia de la salvación, el pecado ha caído, ya no somos reos de él porque Cristo Jesús nos ha liberado de él y reconciliado con Dios: Rom 5:10 Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!; solamente conociendo muchos creeremos, otros con solo la fe misma que Dios da bastará; lo que no se hizo en la familia como trasmisora de fe hoy la Iglesia la tiene que hacer como madre, el Papa Francisco citó a la luz de la fe el trabajo eficiente y amoroso de la familia: 53. En la familia, la fe está presente en todas las etapas de la vida, comenzando por la infancia: los niños aprenden a fiarse del amor de sus padres. Por eso, es importante que los padres cultiven prácticas comunes de fe en la familia.
Segunda tarea:
Formar en la fe a todo bautizado y no bautizado, la formación será mejor con su encuentro personal con Dios, el corazón ardoroso de amor por el encuentro con Dios será el motor para que aquel hombre o mujer quiera más y más, contentarse con la primera experiencia no es suficiente y la Iglesia tiene ahora que formarlo doctrinalmente, bíblicamente, litúrgicamente, espiritualmente.
Cada Diócesis, tiene que motivar a sus sacerdotes para aplicar los programas, estructuras y acciones que nos llevan a cumplir con estas dos tareas, desde Aparecida la formación de discípulos y misioneros no se puede dar sino hay un fuego en el corazón del hombre incendiado por Cristo Jesús, ahora el Papa a la luz de la fe cita: A lo largo de la historia de la salvación, el hombre descubre que Dios quiere hacer partícipes a todos, como hermanos, de la única bendición, que encuentra su plenitud en Jesús, para que todos sean uno. El amor inagotable del Padre se nos comunica en Jesús, también mediante la presencia del hermano. La fe nos enseña que cada hombre es una bendición para mí, que la luz del rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano.
Carlos nuestro joven, encontró el tesoro que la Iglesia tiene de la fe, se dio cuenta que sólo vivía una pequeña parte de la fe, se dio cuenta que solo conocía el Cristo crucificado y no el resucitado, que la Iglesia refleja en ella el amor del Padre, que la Iglesia tiene el tesoro desde hace dos mil años y que él lo buscaba con quien apenas tenía 75 años de fundación, vuelve a la realidad cuando se da cuenta del poco compromiso y testimonio que el tenía, lo poco que sabía de los dogmas básicos de fe, del poco alimento que recibía por falta del sacramento y que la vida eterna era posible, pero… lo sensacional, Carlos, se dio cuenta que sí todo este tesoro no se da a conocer a los hermanos, entonces todo es infructuoso, el tesoro se tiene que compartir y el pecado que el puede cometer es que no quiera compartir a Cristo Jesús, es feliz, porque estudia como cristiano, trabaja como cristiano, juega como cristiano, ama como cristiano, tiene sueños y objetivos, pero celebra junto con la Iglesia de perdida 4 veces a la semana el gran misterio de amor de Cristo Jesús en la eucaristía, sería bueno preguntarnos: ¿seremos otro Carlos antes de conocer a Dios o somos como Carlos cuando estabamos muy cómodos?, por una tía Carlos encontró a Dios, los amigos lo llevaron a otro lado, ¿faltará que nuestras familias nos lleven a Dios?
Amigos, no son palabras solamente, quien se ha encontrado con Cristo Jesús, nunca vuelve hacer el mismo, su entorno se transforma, el único que puede detener esa luna de miel somos nosotros mismos, ¡claro!, hoy la Iglesia tiene dos tareas vitales entre otras tantas, evangelizar y formar a nuestros hermanos, pero uno, no se puede quedar inmóvil, debemos de integrarnos y adquirir el mismo compromiso de llevar a que otros a que vivan el reino de Dios, el tesoro depositado en la Iglesia de la fe y abrir las puertas cielo para otros y cerramos con otra parte de la luz de la fe del Papa Francisco y Benedicto XVI: ¡Cuántos beneficios ha aportado la mirada de la fe a la ciudad de los hombres para contribuir a su vida común! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona, que no era tan evidente en el mundo antiguo.
GRACIAS A QUE ESTE AÑO LA IGLECIA NOS A MOTIVADO A VIVLIR LA FE Y A CONOSERLA HOY CONOSEMOS NUESTRA IDENTIDAD Y ENCONTRAMOS MAS FORTALEZA PARA SEGUIR CONOCIENDO NUESTRA RESPOSAVILIDAD DE BAUTIZADOS