Evangelio San Lucas 18,9-14. Domingo 27 de Octubre de 2013.
“EL PUBLICANO REGRESÓ A SU CASA JUSTIFICADO Y EL FARISEO NO”.
Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás.
Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano.
El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano…
Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador”.
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México