Victoria había desposado a los diecisiete años a Angelo Strata quien, como ella, pertenecía a la nobleza genovesa. Vivieron juntos ocho años de felicidad; después, Angelo murió, dejando a su mujer cinco niños pequeños, y un sexto que pronto iba a nacer.
La Beata VICTORIA
Nacida en Génova (Italia) en 1562, en donde murió
El 15 de septiembre de 1617.
Había desposado a los diecisiete años a Angelo Strata quien, como ella, pertenecía a la nobleza genovesa. Vivieron juntos ocho años de felicidad; después, Angelo murió, dejando a su mujer cinco niños pequeños, y un sexto que pronto iba a nacer. Poco faltó para que Victoria se dejara llevar por la desesperación. Mas tarde relataba cómo, derrumbada ante una imagen de la virgen María, ésta le había tendido las manos diciéndole: “No temas, Victoria, hija mía, soy yo quien desde ahora cuidaré de todos vosotros”.
Pasaron doce años en los que, sin dejar de educar a su familia, Victoria redobló sus oraciones y sus buenas obras. Acogía en su hogar a los enfermos abandonados, preparaba q los esclavos turcos para el bautismo, devolvía a las mujeres perdidas al buen camino. Cuando todos sus hijos hubieron entrado a la religión, ella misma realizó el proyecto que acariciaba de dar a su ciudad natal un monasterio consagrado a honrar la Anunciación de la Virgen y la Encarnación del Verbo. Clemente VIII aprobó la nueva fundación el 13 de marzo de 1804; y el cinco de agosto siguiente, Victoria y sus compañeras revestían al hábito religioso con el que iban a llevar vida contemplativa; túnica blanca, cinturón y velo azules. Se les llamó las “Anunciadas Celestiales” para distinguirlas de las “anunciadas franciscanas”, fundadas por Juana de Valois (4 de febrero).
Durante seis años la madre María Victoria ejerció las funciones de superiora; después se volvió una simple religiosa, lo que le valió el favor de ser a menudo humillada por la nueva abadesa.