Cimentar una vida ya edificada o derribar para cimentar.

Cimentar una vida ya edificada o derribar para cimentar.

Cimentar una vida ya edificada o derribar para cimentar.


casa
Un anhelo del hombre que se ha encontrado con Dios es iniciar una vida nueva lo más pronto posible, el fervor es tan grande en su corazón, está tocado por Dios que hay una gran ansia por ser ese hombre nuevo, pero este hombre encuentra una interrogante ¿cómo empezar a edificar su vida nueva?, cierto que el Espíritu santo es quién va a hacer esa vida nueva pero quién se mueve a voluntad del Espíritu santo es el mismo hombre.

Este hombre llego a los 40 años, años que bíblicamente es el tiempo suficiente de madurez del alma para encontrar en una segunda etapa a Dios, pero su vida edificada de estos 40 años, ¿cómo transformarlos?, sabemos que el seguimiento puede empezar a construir esa nueva vida es lo que imaginamos, pero ahora lo vamos a ver desde un punto más humano y entenderlo de una buena vez.

El buen arquitecto acondiciona el lote o terreno donde se le ha pedido construir una casa: planea el drenaje, planea cada cimiento, planea la distribución de las divisiones de cada pieza, planea la distribución del agua y de la luz, calcula el peso que va a soportar y más sí va a tener una segunda planta, sin embargo eso es fácil para un arquitecto, el problema de un arquitecto se puede visualizar cuando se le pide una remodelación a una casa edificada, en este caso esos 40 años de esa persona, el arquitecto observa la casa, su construcción, el tipo de material y se da cuenta que para empezar no tiene cimientos, no tiene cimientos como muchas casas fueron edificadas con tal de ahorrar un poco de mano de obra lo hicieron ellos o en su defecto no tiene cimientos inadecuados para esa remodelación, lo más fácil sería derribarla y construirla de ceros, pero el contratante no tiene el suficiente dinero, claro que el arquitecto va a cobrar más caro porque va a costar más trabajo, va a tener más riesgos y estará más incomodo para trabajar.

Así suele pasar con la vida nueva de un hombre, lo extraordinario es que tiene al mejor arquitecto del mundo como el que va a edificar, el arquitecto de la vida espiritual y esa construirá la material posteriormente, este arquitecto es el Espíritu santo, que ha sido dejado por el Padre y por el Hijo para esa vida nueva y lo primero que va a edificar es una vida religiosa católica coherente la cual generará una entrega sólida Cristo-céntrica, evitando desviaciones como las que tenía anteriormente; en segundo lugar va a edificar en roca sólida la doctrina dogmática que será la armonía con la fe a él, al Hijo y al Padre y la fe de la Iglesia, no se puede vivir sin Iglesia, cuando falta el Espíritu santo se es capaz de de construir su propia Iglesia, su propia doctrina, su propia moral, tener sus fieles.

El Espíritu santo no va a derribar la vida del hombre, sino llevarla a plenitud en cada ámbito cimentando los puntos donde la construcción era débil, cimientos de fe, cimientos de razón, cimientos de vida cristiana; en la segunda narración del génesis sobre la creación, Dios aparece como el gran alfarero formando al hombre con barro y como un gran cirujano lleva una exitosa cirugía en la costilla del hombre donde ha creado a Eva, en pocas palabras Jesús va a cimentar la vida ya vivida ella será el testimonio vivo y el hombre comparará lo que vive al lado de Jesús, el endemoniado de Gerasa al quedar sano y en pleno juicio quiso ir con él, seguirlo, pero no lo dejo sino que lo mandó a su casa con los suyos para dar testimonio de las enormes maravillas que construye, le enseñará a vivir cada momento no como antes por simple rutina o con objetivos que inicialmente fueron buenos pero que después dejaron de ser nobles, sino acumulando vivencias que forman una vida llena de Espíritu santo; no derribará la vida del hombre eso es muy fácil, también lo hace el arquitecto común y corriente, derribará las barreras, los muros, los obstáculos que puedan impedir que se aleje de Dios pero ahora con ayuda misma del hombre.

La gran decisión del hombre será el tener el valor de contratar al mejor arquitecto, no por caro, no por inaccesible, no por ocupado sino que esa remodelación cause un shock total en su vida, esos cimientos pueden ser dolorosos sí se aprecian las construcciones viejas porque los cimientos que se van a construir son cimientos que sostienen a un hombre toda su vida, aparte de los cimientos debe de construir castillos y trabes, esos cimientos y castillos son: Pensamientos de calidad, positivos, emociones equilibradas, profundidad de los sentimientos, control de las pasiones, absoluta armonía de las excitaciones, aprovechamiento máxime de las experiencia de vida tanto positivas como negativas, y para culminar una vida interior en comunión con la Trinidad, eso va a representar un cambio de modelos de inspiración, una transformación de criterios, una reflexión continua de sus actos, una participación más asidua en la Iglesia y un ejercicio constante de las virtudes teologales incluyendo la maravillosa ejercitación del perdón.

Es necesario concientizar que quizá esa remodelación incomode a algunos; en una casa en remodelación hay tierra y polvo, se come incómodamente y se duerme incómodamente esto desde el punto que la familia no puede abandonar el lugar y comparte con la construcción, habrá gente trabajando, el baño lo utilizarán los trabajadores, su casa estará abierta de repente porque están utilizando material, así es el cambio de vida, quizá vea que se alejan amigos, tal vez unos no le crean. Sí en su trabajo se relaciona con un lenguaje folklórico estará imposibilitado para responder de la misma manera, no se le invitará a lugares que antes frecuentaba, se podría decir que lo están poniendo a prueba, resista las murmuraciones, aguante los gestos, pareciera que el mundo se vuelve contra usted, es el tiempo de construcción recuerde.

Concluimos con una gran sorpresa y noticia, aunque es una enorme remodelación del interior y es obvio que está remodelación interior obligará a una remodelación exterior, una casa terminada concluye con la pintura y ornamentos del exterior de esa construcción, su vida será una obra de arte, es la que se antojará entrar en ella, lo sorprendente es que usted no se dará cuenta como la va construyendo sino cuando de repente ve todo un cambio que usted expresará: ¿y cómo sucedió esto?, esa es la noticia notará sólo su efecto, notará ya el resultado en algunos aspectos y su visión para apreciar una construcción totalmente transformada, no remodelada, ¡transformada!, sólo se acordará de aquella vieja construcción por fotos o porque aun así vivió una parte de su vida en ella, sus vecinos quizá digan que tiene dinero, o que ya se va a morir o se hizo cristiano , en pocas palabras, el arquitecto Espíritu santo es silencioso, es eficaz en sus horas de trabajo, es oportuno y sobre todo utiliza el material de primera calidad, así es que cimentará y no derribará su vida vieja, en ella construirá y al final su obra será magnifica en usted.

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