1a lect. del libro del Profeta Jeremías 38,4-6.8-10. Domingo 18 de Agosto de 2013.
“TOMARON A JEREMÍAS Y LO HECHARON A UN POZO”.
Y aquellos jefes dijeron al rey: “Este hombre debe morir, porque sus discursos desalientan a los combatientes que quedan en esta ciudad y aun a todo el pueblo. Es evidente que este hombre no busca nuestro bien, sino que trata de perdernos.
Sedecías respondió: “Ahí lo tienen, pues el rey nada puede contra ustedes.
Entonces se apoderaron de Jeremías y lo echaron al pozo de Melquías, hijo del rey, situado en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En el pozo no había agua, sino puro fango, y Jeremías se hundió en el fango.
Salió del palacio y fue al encuentro del rey, que estaba sentado a la Puerta de Benjamín y le habló en estos términos:
¡Oh, mi señor!, esos hombres han procedido muy mal con el profeta Jeremías. Lo han echado en el pozo, donde va a morir.
Entonces el rey ordenó al etíope: “Toma tres hombres y saca a Jeremías del pozo antes de que muera.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México